FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN UNLP

ISBN 957 950 34 0658 8

Usted está aquí: Inicio Carpeta 2 La experiencia soviética de la guerra civil a la Segunda Guerra Mundial IV. La experiencia soviética de la guerra civil a la Segunda Guerra Mundial

IV. La experiencia soviética de la guerra civil a la Segunda Guerra Mundial

La Nueva Política Económica y las luchas en el seno del partido

 

 

A finales de 1920, el régimen bolchevique parecía triunfar. El último Ejército Blanco había sido vencido, los cosacos estaban derrotados y los destacamentos de Majno se retiraban. No obstante, el enfrentamiento entre el régimen y amplios sectores de la sociedad continuaba con significativa intensidad.

Cuando las revueltas campesinas en diversas partes del país y las huelgas obreras desplegadas en los principales centros industriales fueron seguidas por la sublevación de los marineros de la base naval de Kronstadt (febrero-marzo de 1921), el partido aprobó el cambio de rumbo en el plano económico y reforzó la disciplina en el político. La insurrección de los trabajadores que más decididamente habían apoyado e impulsado las acciones de los bolcheviques en 1917 fue sangrientamente reprimida. El gobierno atribuyó los reclamos económicos y las demandas políticas favor de una mayor democracia de los trabajadores de Kronstadt a la intervención de elementos reaccionarios.nota

La hambruna de 1921-1922 puso fin a la agitación en el medio rural. El hambre acosó en primer lugar las zonas donde los destacamentos de requisa habían presionado más duramente a los aldeanos. Desde enero de 1921, numerosos campesinos no tenían ya nada para comer y entre 1921-1922, al menos cinco millones de personas murieron de hambre.

El X Congreso del Partido, que estaba sesionando cuando se produjo la insurrección en Kronstadt, dio curso a la Nueva Política Económica (NEP) con el objetivo central de recomponer las relaciones con el campesinado. Primero se puso fin a las requisas de granos y después el impuesto en especie fue sustituido por un tributo en dinero. Los campesinos podrían disponer libremente de sus excedentes y esta decisión trajo aparejada la legalización del comercio privado. Poco a poco los comerciantes privados fueron autorizados a realizar todo tipo de operaciones y también quedó abierto el camino para el resurgimiento de la manufactura privada. Inicialmente, el pasaje desde el comunismo de guerra hacia la NEP fue presentado por Lenin como una retirada para reorganizar las propias fuerzas antes de avanzar hacia el socialismo.

La paz civil no se instauró inmediatamente, las tensiones siguieron siendo muy fuertes, al menos hasta el verano de 1922 y en ciertas regiones hasta mucho después.

El cambio de rumbo económico no se extendió al terreno político. Por el contrario, se intensificaron el control y la represión a los partidos de la oposición, que quedaron finalmente proscriptos. Respecto del propio partido, el Congreso aprobó una cláusula secreta que permitía la expulsión de quienes fuesen considerados culpables de faccionalismo, es decir, de aquellos que discrepasen con las resoluciones aprobadas por la jefatura. La más leve violación de la disciplina debía ser castigada severamente. Según Lenin, dentro de las filas partidarias la libertad de crítica era un “lujo” que degeneraría fácilmente en una “enfermedad” y, fuera del partido, el único instrumento eficaz para arreglar las diferencias era el fusil.

Hasta ese momento, la formulación de opiniones divergentes había dado lugar a la formación de grupos con posibilidad de confrontar dentro del partido. En 1920 el debate sobre el papel de los sindicatos dio lugar a la organización de tendencias que buscaron el apoyo en los comités locales para llevar sus propuestas al X Congreso partidario. La facción que tomó el nombre de “oposición obrerista”, encabezada por Alexander Shliapnikov (comisario del Pueblo para Trabajo), contó con la presencia de un nutrido grupo de viejos militantes y con cierto grado de adhesión entre los trabajadores. El grupo atacó la centralización económica y política y apeló al control de la industria por los obreros a través de los sindicatos. Trotsky se opuso rotundamente y abogó a favor de la militarización del trabajo. Para Lenin, la cuestión en debate era secundaria y su mayor preocupación era preservar la cohesión del partido. Con este objetivo, primero digitó la elección de los delegados al Congreso para restar peso a las facciones en pugna e imponer sus candidatos, y después presentó la resolución sobre la prohibición de las facciones.

En la segunda mitad de 1921 se llevó a cabo la primera purga: un examen de cada miembro y de su desempeño en las tareas asignadas y la expulsión de quienes no respondieran satisfactoriamente. La depuración fue presentada como el medio para preservar la calidad de los miembros del partido frente a la acelerada incorporación de nuevos afiliados (en 1905: 8400, antes de febrero de 1917: 23.600; en 1921: 585.000). Con seguridad, en el 25% de los expulsados se incluyó a parte de los opositores.

La NEP fue una forma de economía mixta con una agricultura abrumadoramente privada, un comercio privado legalizado y una pequeña manufactura también privada. El partido mantuvo la firme decisión de dejar en manos del Estado las palancas de mando de la economía: la banca, el comercio exterior, la gran industria. Aunque en pos de la recuperación económica Lenin se mostró dispuesto a llamar a los capitalistas extranjeros, estos no acudieron a un país que les generaba profunda desconfianza.


Trabajadores, los altos precios y la NEP no nos asustan

 

 

 

 

 

 

 

TRABAJADORES, LOS ALTOS PRECIOS Y LA NEP NO NOS ASUSTAN

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

AFICHE DISEÑADO POR VLADIMIR MAIAKOVSKI (1894-1930) Y ALEXANDER RODCHENKO EN 1923. EN LOS AÑOS VEINTE, LA NUEVA MANERA DE HACER PUBLICIDAD DE AMBOS ARTISTAS –VIVOS DIBUJOS DE RODCHENKO Y ESLÓGANES CORTOS Y PEGADIZOS DE MAIAKOVSKI– ALCANZARON GRAN POPULARIDAD.

 

La introducción de la NEP en la industria alentó el retorno de prácticas capitalistas y de maneras de pensar concentradas en la búsqueda de la eficiencia y la productividad. En la fábrica ganaron terreno los administradores y los especialistas burgueses: en 1922, el 65% del personal directivo estaba clasificado como obrero, al año siguiente, solo el 36% y, además, del 64% no obrero, ahora la mitad eran miembros del partido. Los campesinos más fuertes (kulaks) y los hombres dedicados a las actividades de intermediación (nepmen) tuvieron la posibilidad de “enriquecerse”.

Hacia mediados de la década, el pueblo soviético alcanzó un momento de paz y de tranquilidad y un relativo grado de prosperidad, pero los bolcheviques no habían hecho la revolución para acompañar el desarrollo del capitalismo, y además la NEP estaba atravesada por hondas contradicciones. Por un lado, la recuperación era lenta, el avance de la industrialización había quedado limitado a la restauración de la capacidad productiva previa a la Revolución y la guerra civil. Por otro, las tensiones entre el campo y la ciudad eran agudas: los campesinos debían pagar precios muy altos por los insumos industriales y, simultáneamente, los obreros destinaban gran parte de su salario a los alimentos que suponían que los campesinos les retaceaban.

Los avances logrados con métodos capitalistas fueron acompañados por consecuencias negativas para la clase obrera: desempleo, violentas fluctuaciones de precios y subordinación a los técnicos y especialistas en la fábrica. En el ámbito rural, los excedentes agrícolas que alimentaban a las ciudades eran producidos por los campesinos más eficientes, los más exitosos para competir en el mercado. La presencia de estos kulaks generaba sentimientos contradictorios en el partido: se requería su aporte y se temía que pretendieran la restauración acabada del capitalismo.

A partir de la enfermedad de Lenin, las tensiones en torno a la NEP se conjugaron con las luchas abiertas entre los máximos dirigentes en torno a la sucesión del jefe indiscutido. Lenin sufrió el primer ataque de apoplejía en mayo de 1922, en marzo de 1923 otro ataque lo privó del habla y murió el 21 de enero de 1924. Hacia fines de 1922, tres figuras claves del Politburó: Stalin (secretario general del partido), Grigori Zinoviev (presidente del soviet de Petrogrado y de la Internacional Comunista) y Lev Kamenev (presidente del soviet de Moscú) se aliaron para impedir el triunfo de Trotsky, la figura con mayor prestigio del grupo. Apartado del centro de la vida política, pero atento a su desarrollo, Lenin previó la exacerbación de las rivalidades y escribió una carta (el llamado testamento) con indicaciones ambiguas en las primeras anotaciones y muy precisas al final. Este texto estaba dirigido al congreso del partido, pero el Comité Central, después de la muerte de Lenin, dispuso que no circulara; según Kamenev, el camarada Stalin ya había corregido sus errores y Trotsky guardó silencio.

Cuando el periodista norteamericano Max Eastman difundió el testamento de Lenin en Occidente, Trotsky atendió a la solicitud del Politburó de negar su autenticidad. fuente

Tal como supuso Lenin, los dos principales antagonistas fueron  Trotsky y Stalin nota, pero el enfrentamiento atravesó diferentes fases en virtud de los cambiantes posicionamientos de las otras figuras del Politburó.

 

Entre 1923 y 1924, la lucha se resolvió a favor del triunvirato –Stalin, Zinoviev y Kamenev–. La estrategia de Stalin fue similar a la de Lenin frente al X Congreso partidario: digitar la elección de los delegados a las conferencias del partido en un sentido favorable a las directivas de la troika.

A partir de la enfermedad de Lenin y la constitución del triunvirato, Trotsky perdió poder y fue cada vez más crítico de la conducción del partido.fuente

En octubre de 1923, frente a la crisis financiera y comercial –denominada crisis de las tijeras–, envió una carta al Comité Central en la que denunciaba la burocratización y la falta de democracia interna, planteaba también la necesidad de la planificación como eje central de la organización y del desarrollo económico. En su escrito El nuevo curso –publicado por entregas en Pravda a finales de 1923– fue más drástico: abogó por la democracia en el partido y se manifestó a favor de la libre expresión de las fracciones. No obstante, siguió descalificando a los críticos más radicales, definió como “peligrosa” a la Oposición Obrera y reconoció la infalibilidad del partido: “siempre tiene razón porque es el único instrumento que posee la clase obrera para solucionar sus problemas [...]. No se puede tener razón más que dentro del propio partido y mediante él porque la historia no ha acuñado aún otro instrumento con qué tener razón”.

En relación con la democracia partidaria, la posición de Trotsky estuvo signada por las ambigüedades. Hasta su lucha con Stalin, había sido un apasionado defensor de la supresión de los grupos disidentes y de la acabada subordinación a las directivas de la cúpula partidaria. Desde su concepción, el partido no podía equivocarse y el éxito de la Revolución exigía la cohesión disciplinada de todos sus miembros. Frente al embate del triunvirato, descartó vincularse con otros grupos opositores. A través de la denuncia de la burocratización, cuestionaba al secretario del Comité Central, pero no ponía en tela de juicio la dictadura de los bolcheviques. Su planteo de reforma limitada dejaba de lado, además, el hecho de que era el propio poderoso aparato político el que tenía un interés creado en su propia perpetuación; la burocratización no era producto de la sola voluntad de Stalin. Solo cuando fue desplazado al campo de la oposición por sus rivales en la cúpula partidaria denunció abiertamente la falta de democracia.

A principios de 1925, Trotsky renunció a la jefatura del Comisariado de Guerra y ese año se mantuvo al margen de toda discusión. A partir de ese momento, el triunvirato se resquebrajó y dio paso a una nueva y frágil coalición entre Zinoviev, Kamenev y Trotsky, la autodenominada Oposición de Izquierda, que fue desautorizada por el XIV Congreso del partido en diciembre de 1925. El nuevo agrupamiento, enfrentado con el secretario general, que era apoyado por Bujarin, pretendió expresar el ala proletaria y auténticamente bolchevique del partido. Sin embargo, la relación entre sus máximos dirigentes estaba cargada de tensiones y recelos; además, sus definiciones a favor de renovar la energía revolucionaria, la capacidad de entrega y la lucha por la verdadera revolución internacional tuvieron escasa acogida. La mayor parte de los bolcheviques no se sintió convocada por “la revolución permanente” si ello significaba la lucha continua. La guerra y la revolución los habían marcado con decenas de millares de muertos, agotamiento, hambre y desolación. Eran hombres cansados del enfrentamiento militar, que aspiraban a alcanzar la seguridad, un cierto grado de bienestar y que no ponían en tela de juicio que ya habían protagonizado una revolución.

 

 

TROTSKY JUNTO A MIEMBROS DEL EJÉRCITO ROJO

 

 

 

 

 

 

 

 

 

TROTSKY JUNTO A MIEMBROS DEL EJÉRCITO ROJO

 

 

 

Bujarin, que había sostenido las posiciones más radicales en los primeros años –la exportación de la Revolución en lugar de la paz con Alemania y la exaltación del comunismo de guerra como la vía más directa para plasmar la sociedad comunista–, en los años veinte era partidario de moverse lentamente hacia el socialismo. Desde el momento en que no existían señales de una revolución en el mundo capitalista, era necesario persuadir al campesinado para que se comprometiera con el socialismo. En los hechos, esto significaba avanzar “a paso de tortuga” y aceptar la prosperidad de los campesinos: si estos se enriquecían, habría más excedentes comercializables. Aunque la lógica de la lucha política condujo a Stalin a una alianza temporal con la fracción de Bujarin, en ningún momento el secretario general asumió sus argumentos extremos en defensa de la alianza con el campesinado.

La oposición encabezada por Trotsky fue la que más tempranamente puso en duda la factibilidad de la alianza obrero-campesina. Un hombre de este grupo, el economista Preobrazhensky, quien en 1919 coincidió con Bujarin en elogiar el comunismo de guerra, ahora polemizó con el adalid de la NEP. Preobrazhensky sostuvo que los recursos para financiar la industrialización había que obtenerlos, necesariamente, del sector privado rural; no se podía, ni se debía, imponer más sacrificios a la clase obrera. Era muy improbable que los campesinos acomodados aportasen voluntariamente a la acumulación en pos del desarrollo de la industria socializada. Había que aceptar la “explotación” del campesinado mediante el intercambio desigual entre los productos agrarios y los industriales, que eran suministrados por el Estado. En este planteo no había lugar para la consigna “enriqueceos”, que Bujarin dedicó al campesinado. Sin embargo, ni este negó que hubiera que industrializar ni Preobrazhensky avaló el sometimiento violento de los campesinos.

Si bien la cuestión de qué hacer con la NEP recorrió los debates entre las facciones, la mayor parte de los protagonistas no asumió planteos antagónicos sobre el necesario pasaje de una sociedad campesina a otra industrial. Aunque al calor de la lucha política Trotsky acusó a sus rivales de prokulaks y él fue señalado como enemigo de los campesinos, tanto Stalin como Trotsky eran industrializadores. El único dirigente bolchevique decididamente posicionado a favor de la NEP fue Bujarin, acompañado por un reducido grupo. Para el grueso del partido, la construcción final del socialismo era innegociable y su logro requería la superación del atraso económico ruso. Pero el camino para llegar a este objetivo último estaba atravesado por las incertidumbres: ¿cuándo y cómo encarar una industrialización más avanzada?, ¿qué pasos concretos dar para transformar una sociedad básicamente campesina?

A mediados de la década de 1920, cuando el partido se pronunció a favor de la elaboración de planes industrializadores, Stalin asoció esta meta con la construcción del socialismo en un solo país. No era necesario esperar el triunfo del proletariado en una sociedad capitalista: “Es imposible seguir edificando el socialismo si no nos convencemos de que es factible hacerlo, si no nos convencemos de que el atraso técnico de nuestro país no es un obstáculo insuperable para edificar plenamente una sociedad socialista”. fuenteTambién Bujarin defendió la idea del socialismo en un solo país: “Si sabíamos de antemano que no lograríamos completar la tarea, ¿por qué diablos hicimos la Revolución de Octubre? Y si hemos salido adelante durante ocho años, ¿por qué no hemos de seguir así nueve, diez o cuarenta años?”.

Los estudios sobre la polémica destacan el carácter nebuloso de sus términos: los principales contendientes querían avanzar hacia la industrialización, ninguno tenía acabadamente claro cómo ponerla en marcha y ninguno ponía en tela de juicio la Revolución de Octubre. Sin embargo, las objeciones ideológicas de Trotsky y Zinoviev en defensa del internacionalismo proletario y sus dudas sobre la posibilidad de que una sociedad atrasada y campesina pudiera construir el socialismo estaban teñidas por el pesimismo político. La fórmula de Stalin, en cambio, era políticamente muy efectiva porque se correspondía con el estado de ánimo del partido, que necesitaba una consigna que diera sentido a los esfuerzos realizados y propusiera una meta hacia la que canalizar las energías. En diciembre de 1927, el XV Congreso del partido exigió la “autocrítica” de los integrantes de la Oposición de Izquierda y quienes no aceptaron renunciar a sus ideas fueron duramente sancionados.nota

 Trotsky ya no aceptó someterse a las órdenes de la dirigencia partidaria y fue deportado a Alma-Ata, en Asia Central, desde donde pasó a Turquía. Luego intentó radicarse en Francia y en Noruega, y finalmente obtuvo asilo político en México.

 

 

LA PAREJA DE PINTORES INTEGRADA POR DIEGO RIVERA (1886-1957) Y FRIDA KALHO (1907-1954)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

LA PAREJA DE PINTORES INTEGRADA POR DIEGO RIVERA (1886-1957) Y FRIDA KALHO (1907-1954)

 

 LÁZARO CÁRDENAS, PRESIDENTE DE MÉXICO, RESPALDÓ LA SOLICITUD DE RIVERA DE ASILO POLÍTICO A FAVOR DE TROTSKY.  RIVERA INTEGRÓ EL GRUPO DE FUNDADORES Y ACTIVISTAS DEL PARTIDO COMUNISTA MEXICANO HASTA SU EXCLUSIÓN EN 1929, EL AÑO EN QUE SE DECLARÓ ABIERTAMENTE SIMPATIZANTE DE LA OPOSICIÓN DE IZQUIERDA.

 

Aqui en México Trotsky perdió la vida. fuente

Una vez anulada la Oposicion de izquierda, Stalin decidió dar un giro rotundo: liquidar la NEP y romper con la “derecha” encabezada por Bujarin.

 

 

 

Acciones de Documento