Carpeta 2
El quiebre del liberalismo y la crisis del capitalismo (1914/1918-1945)
REVOLUCIÓN de OCTUBRE, 1917 / PRIMERA GUERRA MUNDIAL: CASA Y ÁRBOLES MUERTOS EN UNA VILLA FRANCESA / AFICHE DE LA EXPOSITION COLONIALE INTERNATIONALE (1931)
La terrible experiencia de la guerra de trincheras puso fin al largo siglo XIX, el del avance y consolidación de la sociedad burguesa signada por fuertes convicciones sobre el poder de la razón para avanzar hacia un futuro promisorio.
Al concluir la Gran Guerra, el mundo ya no era capitalista, la crisis del imperio zarista había hecho posible que los bolcheviques tomaran el gobierno de Rusia anunciando que avanzarían hacia el socialismo. Además, el espacio capitalista fue hondamente impactado por la crisis de los años treinta y el avance hacia una economía global se truncó.
Las diferentes consecuencias de la guerra en los países capitalistas, combinadas con sus distintas trayectorias históricas, derivaron en la configuración de diferentes espacios políticos: desde el New Deal en Estados Unidos, pasando por la democracia social de los países escandinavos, las dictaduras en Europa del Este y la península Ibérica, y la preservación de la democracia liberal, especialmente en Gran Bretaña
En el marco de las incertidumbres y las angustias gestadas en los campos de batalla y en relación con la crisis del capitalismo, emergió y se afianzó una nueva derecha: el fascismo, que solo llegó al gobierno en Italia y Alemania, pero alcanzó una extendida repercusión y tuvo una fuerte gravitación en Europa del Este.
La Rusia bolchevique quedó envuelta en la guerra civil (1918-1921) y, a partir del triunfo de los comunistas, en los territorios del eximperio zarista se puso en marcha la construcción de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS). Desde fines de los años veinte, el régimen soviético, bajo la conducción despótica de Stalin, se volcó decididamente a favor de la industrialización acelerada y la colectivización forzosa.
Después de un período cargado de ambigüedades, los tres principales regímenes: las democracias capitalistas, los nazi-fascistas y el socialismo soviético se alinearon en dos campos enfrentados en la Segunda Guerra Mundial: el fascista, con la constitución del Eje (Alemania, Italia y Japón) y el antifascista, en el que se unieron las democracias y el comunismo.
El mundo colonial siguió sujeto a la dominación de las principales metrópolis capitalistas que triunfaron en la Primer Guerra Mundial. Algunas de ellas, especialmente Gran Bretaña y Francia, anexaron nuevos territorios: las colonias arrebatadas a Alemania y los territorios de Medio Oriente tomados del desaparecido Imperio otomano. Pero además, la crisis económica de 1929 resquebrajó, en algunas colonias, las fuertes ataduras que las ligaban a los intereses metropolitanos y, especialmente en los mayores países de América Latina, dio lugar al crecimiento de las actividades industriales.
En el caso de China, la crisis del imperio dio paso a una república atravesada por las luchas internas y que. después de sufrir la invasión de Japón, fue sustituida por un régimen comunista con el triunfo de Mao Tse-Tung en 1949.
Estos temas se desarrollan en:
I. La Primera Guerra Mundial y la Revolución Rusa
II. La gran depresión y la crisis del liberalismo
III. Fascismo y nazismo
IV. La experiencia soviética, de la guerra civil a la Segunda Guerra Mundial