Esta sección no pretende ofrecer una historia general del arte del período que cubren las Carpetas Docentes de Historia. Sería una tarea demasiado vasta que, por otra parte, ya ha sido efectuada, aunque con el inevitable resultado de dejar fuera del relato a ciertas producciones que no responden a una concepción evolutiva de las artes. Nuestra intención es, a partir de los textos sobre historia que vertebran esta propuesta didáctica, plantear temas que abran problemas ligados tanto a la cuestión de la representación en imágenes como a los cambios en una cultura visual que excede la esfera artística en sentido estricto. Nos proponemos analizar las imágenes en relación con procesos culturales amplios como la identificación nacional, regional o universal. Intentamos entonces un análisis dialéctico entre historia y cultura visual, donde no es necesariamente la historia la que determina las características de las artes. Resulta viable pensar que las producciones visuales aportaron imágenes materiales y representaciones simbólicas que no sólo hicieron aprehensibles ciertos aspectos del desarrollo histórico, sino que en algunos casos funcionaron como propagandas de tal o cual régimen. En este sentido, algunas obras fueron, de algún modo, actores de su tiempo.
Cada texto recorta algunas obras, tendencias o movimientos correspondientes a un período histórico. A partir de una selección en términos de estilo o de iconografía, es decir de modos y temas para configurar imágenes, intentaremos poner en relación producciones realizadas en lugares geográficos diversos. Así, cada artículo pone en foco un conjunto acotado de obras para establecer comparaciones que abran esas imágenes a los contextos en los que se produjeron y circularon. Estas comparaciones cruzadas facilitan la comprensión de los cambios estilísticos y temáticos introducidos por los artistas. A la vez, puesto que muchas veces se obtuvieron resultados bien diferentes a partir de procedimientos similares, este cotejo también permite advertir que no es viable plantear vínculos demasiado directos entre producción artística y contexto social y político. La renovada historia social de arte se propone abandonar los paralelos generales entre arte y sociedad para rastrear los vínculos específicos entre las producciones visuales y sus contextos de creación y circulación. Los sentidos que las obras de arte adquieren se encuentran tanto dentro de la misma obra como en los lugares donde éstas actuaron.
Nos interesa en particular establecer vínculos entre los movimientos canónicos de la historia del arte moderno (por lo general europeos) con producciones y formaciones culturales locales. Un abordaje de este tipo, si bien exige al lector plantarse frente a un panorama complejo, tiende a facilitar la confrontación directa con obras en museos y repositorios de diversas ciudades argentinas. Dejando de lado la idea tradicional de que los artistas argentinos trabajaron bajo la "influencia" de los europeos, la historiografía más reciente tiende a pensar que los pintores y escultores nacionales eligieron y recrearon activamente procedimientos y modos de representar en función de objetivos propios y de coyunturas locales. En este uso selectivo no sólo siguieron su predilección personal y sus convicciones políticas sino que, por medio de las imágenes, también aportaron a la representación de su ciudad, del país o de la "identidad nacional". A su vez, los viajes intelectuales y los traslados geográficos de obras y artistas fueron prácticas cada vez más habituales, y por esta razón forman parte del horizonte que pretendemos recorrer. Así, a diferencia de lo que suele pasar con las historias generales del arte, en estos textos aparecerán tanto artistas europeos o norteamericanos como latinoamericanos o argentinos que, a su vez, produjeron obras dentro y fuera de sus respectivas ciudades de origen.