FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN UNLP

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VI. El mundo colonial y dependiente

Primera Guerra Mundial, Revolución rusa y crisis del capitalismo


La Gran Guerra tuvo profundas repercusiones en los pueblos sometidos a la dominación colonial. En primer lugar, porque los centros metropolitanos buscaron contar con su apoyo. Gran Bretaña y Francia incorporaron a las filas de sus ejércitos contingentes de australianos, neozelandeses, árabes, canadienses, indios, nepalíes (los gurkhas), sudafricanos, senegaleses, argelinos. Entre los ejemplos más difundidos de esa colaboración se destacan: la batalla de Gallípoli en la que australianos y, neozelandeses se unieron a los británicos y franceses para combatir a los turcos notay la guerrilla árabe organizada por el británico Lawrence.fuente

En segundo lugar, porque frente a la lucha armada entre las principales potencias, parte de las fuerzas que cuestionaban la dominación colonial actuaron según el principio de que el enemigo de mi enemigo es mi amigo. En pleno conflicto, en los casos de Sudáfrica notae Irlanda algunos sectores buscaron la ayuda de Alemania para luchar contra Gran Bretaña.

En la inmediata posguerra hubo levantamientos antibritánicos en Egipto y Afganistán, y en la India se puso en marcha la campaña de desobediencia civil liderada por Mohandas Gandhi. Por otra parte, en China, las aspiraciones expansionistas de Japón provocaron una extendida movilización en 1919 a través del Movimiento del 4 de Mayo. Sin embargo, el sistema colonial siguió en pie.

Después de la Gran Guerra, los dos cambios más significativos fueron la liquidación del Imperio alemán y la acabada desintegración del Iimperio otomano, que dieron lugar a la instauración de un nuevo estatuto, el de los mandatos, avalado por la Sociedad de Naciones. Además, en el caso del Iimperio británico,: se consolidó el movimiento de liberación nacional en su principal colonia, la India, y se concretaron reorganizaciones significativas en aquellos dominios en los que la población europea contaba con una fuerte gravitación. En primer lugar, se produjo la partición de Irlanda nota entre el norte, que siguió formando parte del reino de Gran Bretaña, y el sur, donde se creó Estado Libre de Irlanda. En segundo lugar, Londres acordó la creación de la Commonwealth. nota

Otro impacto significativo en el escenario político e ideológico del mundo dependiente provino de la atención que la Internacional Comunista le prestó a las luchas en pos de la liberación nacional. Antes de la Gran Guerra, el socialismo europeo se opuso al imperialismo porque reforzaba al capitalismo y porque sometía por la fuerza a los pueblos de las colonias. No obstante, para muchos socialistas, la penetración europea podía tener consecuencias positivas para el avance de la civilización en las regiones extraeuropeas siempre que se respetaran los derechos de los colonizados.

La Internacional Comunista, en cambio, a partir de 1920 se concentró en la naturaleza y los alcances de los movimientos de resistencia, o sea: quiénes llevarían a cabo la liberación y cuál habría de ser su impacto sobre la marcha del orden capitalista.

El primer congreso de la Internacional Comunista en 1919 prestó escasa atención al mundo colonial, en ese momento la esperanza de que se produjeran nuevas revoluciones estaba centrada en Europa, especialmente Alemania. En el verano de 1920, la revolución europea ya no aparecía como algo inminente, además dirigentes revolucionarios de países no europeos pudieron asisitir al segundo congreso de la Internacional. En este contexto se desplegó el primer debate sobre los problemas de la revolución fuera de Europa.

La discusión giró en torno a dos temas principales: por un lado, el peso asignado a la revolución de los pueblos sometidos, básicamente los asiáticos, para avanzar hacia la destrucción del capitalismo y por otro, el grado de colaboración de las fuerzas revolucionarias con la burguesía de las colonias.

En relación con ambos interrogantes hubo dos posiciones, la del hindú Mahabendra Roy y la de Lenin. Según Roy, la revolución en Oriente podía llevar a la bancarrota económica del capitalismo y en consecuencia a su destrucción final. Esta idea estaba asociada a otro principio clave de su pensamiento: la liberación nacional solo se concretaría a través de la lucha de clases. Los nacionalistas burgueses de las colonias querían preservar el capitalismo y por lo tanto, según Roy, no era conveniente buscar su apoyo, ya que impediría la articulación entre la liberación nacional y social a través de la rebeldía de las masas.fuente

Para Lenin, aunque reconocía la importancia de la revolución colonial, el planteo de Roy era muy extremo. La resolución final del congreso recogió las ideas del dirigente bolchevique y Roy debió aceptar que su tesis fuese modificada: en lugar de reconocer la revolución asiática como un proceso clave de la revolución mundial solo se destacó que la revolución en Asia era importante y podía desempeñar un papel en la victoria mundial sobre el imperialismo.

Respecto de la relación con la burguesía, las tesis de Lenin aceptaban que provisionalmente debía dejarse la hegemonía del movimiento revolucionario a dicha clase. Después del debate hizo concesiones semánticas al planteo de Roy, y el término “democrático-burgués” fue sustituido por el de “revolucionario-nacional”. En la práctica, el cambio de los términos no afectó la idea leninista sobre la utilidad de la cooperación con los nacionalistas burgueses para llevar a cabo las revoluciones anticoloniales. Ambos dirigentes coincidieron en que, una vez creado el poder soviético, en las colonias liberadas, estas podrían evitar la etapa capitalista y pasar directamente al socialismo. fuente

Hasta el V Congreso reunido en 1924, la Internacional aprobó resoluciones y dio directivas a los comunistas de las colonias que negaban la posibilidad de encarar la lucha de clases y reconocían la conveniencia de delegar el poder en los nacionalistas burgueses. Esta fue la orientación que se impuso a los comunistas chinos, quienes en 1927sufrieron la sangrienta represión del Kuomintang, el partido nacionalista que había recibido la ayuda de Moscú. El comunismo chino, la única fuerza de este signo ideológico que articuló exitosamente la lucha antiimperialista y social, mantuvo una relación cargada de tensiones y desencuentros con la Internacional a lo largo de su prolongado conflicto con los nacionalistas en el gobierno.

En los años de entreguerras, la prioridad que guió la política de la Internacional fue la de atender los intereses de la Unión Soviética en desmedro de la consideración de las condiciones en que se desarrollaban los conflictos en los distintos escenarios nacionales. En este sentido, la reivindicación de las corrientes nacionalistas, presentadas como revolucionarias, se basaba en la posibilidad de alentar las fricciones entre los países del espacio capitalista y romper el aislamiento de la Unión Soviética. Un ejemplo de esta actitud fue la posición adoptada frente al dirigente turco Kemal. A raíz de su resistencia armada a la paz impuesta por las potencias vencedoras en la Gran Guerra, el “padre” de Turquía fue saludado por Moscú como un dirigente antiimperialista y siguió apoyándolo luego de que reprimiera a los comunistas turcos.

La Gran Depresión tuvo efectos catastróficos sobre las economías coloniales y dependientes especializadas en la producción y venta de alimentos y materias primas. El precipitado declive de Europa y Estados Unidos redujo el mercado para sus exportaciones. La demanda internacional de café, azúcar, metales y carne pasó por una aguda reducción y no se pudieron hallar salidas alternativas para estos productos. Cayeron el precio unitario y el volumen de las exportaciones. A estos datos negativos se añadieron la reducción de los préstamos y de las inversiones extranjeras, que se tradujo en el alza de la deuda y en la consiguiente desvalorización de las monedas. La crisis que golpeó a las actividades primarias dio lugar al desplazamiento de grandes masas hacia las ciudades. Por ejemplo, entre 1920 y 1940, en Shangai, Calculta, San Pablo la población se duplicó, y en ciudad México se triplicó. Estas condiciones exacerbaron las tensiones sociales y políticas que atravesaron a los países de la periferia en los años de entreguerras, pero no explican por sí solas las trayectorias recorridas por las distintas sociedades del espacio dependiente.

En forma muy extendida, los países de la periferia fueron impactados por los cambios que trajeron aparejados la Gran Guerra y la Revolución rusa, junto con los nuevos desafíos a que dio lugar la crisis del capitalismo en 1929. La combinación de estos procesos condujo al quiebre de las sociedades tradicionales y a la emergencia de nuevos actores sociales y políticos. Pero estas transformaciones no se produjeron de la misma forma ni tuvieron los mismos resultados.


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