FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN UNLP

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El debate socialista sobre la colonización europea

I. El imperialismo


El congreso de Stuttgart (1907)

Este congreso fue testigo del primer gran debate alrededor de las ideas esbozadas tres años antes en el informe de Van Kol ante el Congreso de Ámsterdam.


Fuente 2







AFICHE DEL PRIMERO DE MAYO, DÍA DEL TRABAJADOR










David (Alemania). Solicito la votación de una resolución donde se haga constar que el congreso socialista acepta en principio la colonización debido a que la ocupación y la explotación de toda la tierra son indispensables para el bienestar de la humanidad, pero se sobrentiende también que la resolución debe criticar la gestión del capitalismo actual. Debemos salir del reino de las palabras. Europa necesita colonias. Más aún, todavía no tiene las suficientes. Sin colonias, nos asemejaríamos, desde el punto de vista económico, a China.

Ledebour (Alemania). El ciudadano David ha descuidado el problema principal, pues toda política [...] colonial es necesariamente capitalista, dado que la explotación de las colonias es una resultante del propio capitalismo. David cree que es posible evitar esas abominaciones [...] Ese es un error fundamental [...]. Por el contrario, considero que la política colonial actual es el resultado inevitable del capitalismo, y no es mediante la resistencia de los explotados como se podrá, en cierta medida, disminuir las brutalidades que todos deploramos. Pero en las colonias no hay que contar con la fuerza de resistencia de los explotados, pues la población nativa carece casi totalmente de ella. Contrariamente al criterio de David, pienso que debemos encabezar nuestra resolución diciendo que no esperamos de la política colonial capitalista ningún progreso de la civilización y, como por principio somos adversarios de toda explotación y de toda opresión de nuestro propio país, también debemos combatir, por principio, una explotación y una opresión que causa estragos aún mayores en las colonias.

Terwagne (Bélgica). En nombre de la minoría de la comisión y de mi partido, recomiendo agregar a la resolución la siguiente introducción: “El Congreso no condena en principio y

para siempre toda política colonial que, en un régimen socialista, podrá convertirse en una obra de civilización”.

Rouanet (Francia). Creo que es falso considerar la colonización como un fenómeno puramente capitalista. La colonización es también un hecho histórico. Por ese motivo, apoyo la resolución de Terwagne. Es posible desde ahora obtener en las colonias mejoras considerables [...]. Creo que se exagera cuando se le endosan al capitalismo todos los crímenes de la colonización. Este no es un fenómeno capitalista sino histórico [...]. Los pueblos de los países civilizados europeos y norteamericanos se hallan ante espacios enormes. ¿Deben utilizar o no esos espacios para mejorar la existencia económica de su país? Yo respondo por la afirmativa. Entonces, es preciso examinar la cuestión de la colonización, aun de la colonización burguesa.

David (Alemania). Les propongo incluir el siguiente texto en el proyecto de resolución, en forma de nota introductoria: “El Congreso, al comprobar que el socialismo tiene necesidad de las fuerzas productivas de todo el universo, destinadas a ser puestas al servicio de la humanidad y a elevar a los pueblos de todas las razas y de todas las lenguas al más alto grado de cultura, ve en la idea colonizadora considerada desde esta óptica un elemento integral del objetivo universal de civilización, perseguido por el movimientos socialista”.

Terwagne (Bélgica). Para nosotros, los belgas, el problema se plantea del siguiente modo: ¿Dejaremos el Congo como está o bien deseamos mejorar sus condiciones de vida? [...] ¡No cerremos las puertas al futuro! Si de un día para otro se suprimiese el producto de las colonias, la industria se vería gravemente perjudicada. Por lo tanto, es lógico que los hombres aprovechen todas las riquezas del globo, cualquiera sea el lugar donde se hallen [...]. Recomiendo la enmienda que presenté y que por otra parte se hallaba en la redacción primitiva del texto propuesto por Van Kol.

El presidente Van Kol: Lo que acaba de decir Terwagne es exacto. La primera redacción de mi resolución incluía como introducción la siguiente cláusula: “El Congreso, comprobando que por lo general se exagera considerablemente –sobre todo entre la clase obrera– la utilidad y la necesidad de las colonias, no condena en principio y para siempre toda política colonial que, en un régimen socialista, podrá convertirse en una obra de civilización”.

Una vez hecha esta reflexión, propongo restablecer esta cláusula [...]. Ahora los invito a pasar a votación. La resolución original de Van Kol es adoptada por gran mayoría [...]. La cláusula adicional de Van Kol es adoptada por 18 votos contra 10 [...]. El texto votado por la mayoría de la Comisión es el siguiente:

Proyecto de resolución

El Congreso, comprobando que por lo general se exagera considerablemente –sobre todo entre la clase obrera– la utilidad y la necesidad de las colonias, no condena en principio y para siempre toda política colonial que, en un régimen socialista, podrá convertirse en una obra de civilización.

Afirmando nuevamente sus resoluciones de París (1900) y de Ámsterdam (1904), el Congreso reprueba la colonización actual que, por ser de esencia capitalista, no tiene otro objetivo que conquistar países y sojuzgar pueblos para explotarlos despiadadamente en beneficio de una ínfima minoría, aumentando las cargas de los proletarios de las metrópolis.

Enemigo de toda explotación del hombre por el hombre, defensor de todos los oprimidos sin distinción de razas, el Congreso condena esta política de rapiña y de conquista, aplicación descarada de la ley del más fuerte que viola el derecho de los pueblos vencidos, y comprueba también que la política colonial aumenta el peligro de complicaciones internacionales y de guerras entre los países colonizadores [...]. El Congreso declara que los mandatarios socialistas tienen el deber de oponerse irreductiblemente en todos los parlamentos a ese régimen de explotación a ultranza y de servidumbre, que causa estragos en todas las colonias existentes, exigiendo reformas para mejorar la suerte de los nativos, vigilando el respeto de sus derechos, impidiendo toda explotación y sojuzgamiento y trabajando por todos los medios posibles en la educación de esos pueblos para la independencia.

Tercera reunión plenaria. Presidencia del ciudadano Singer

El presidente. [...] La comisión colonial finalizó su trabajo y nos ha transmitido una resolución [...]. La minoría de la Comisión también me hizo llegar una resolución firmada por los ciudadanos Ledebour, Wurm, Delaporte, Bracke y Karski, que leo a continuación: 1º) Suprimir en la resolución de la mayoría el parágrafo I. 2º) Remplazar ese parágrafo por el siguiente texto:

“El Congreso considera que la política colonial capitalista, por su misma esencia, conduce necesariamente al sojuzgamiento, al trabajo forzado o al exterminio de las poblaciones

nativas en el ámbito colonial.

”La misión civilizadora que se asigna la sociedad capitalista solo es un pretexto para encubrir su sed de explotación y de conquista. Únicamente la sociedad socialista podrá ofrecer a todos los pueblos la posibilidad de desarrollar plenamente su civilización”.

Van Kol (Holanda). [...] Una gran mayoría de la Comisión ha adoptado una resolución que, a mi criterio, renuncia al punto de vista puramente negativista y reclama una política colonial socialista La resolución de la minoría, por el contrario, revela un sombrío estado espiritual de desesperanza y de duda.

[...] Nosotros, los holandeses, somos uno de los pueblos colonialistas más antiguos, pero hemos logrado que no se mate, que no se torture, que no se robe cada día más en las colonias holandesas. Los planes futuros de Ledebour son totalmente utópicos. ¿Acaso no sabe que la política colonial de mañana será siempre pacífica, acorde con los principios humanitaristas? [...] El problema de las colonias es el gran problema que dominará la historia moderna. Por lo tanto, es preciso crear una política colonial socialista.

Desde que la humanidad existe hubo colonias y creo que seguirán existiendo durante largos siglos […]. Me limito a preguntar Ledebour si, durante el régimen actual, tiene el coraje de renunciar a las colonias. ¿Él sabrá decirme entonces qué hará con la superpoblación de Europa, en qué país podrán subsistir las personas que quieren emigrar si no es en las colonias? ¿Qué hará Ledebour con el creciente producto de la industria europea si no trata de hallar nuevos mercados en las colonias?

¿Y pretende, como socialdemócrata, renunciar al deber de trabajar por la cultura de los pueblos atrasados? [...] Debemos indicar el camino a seguir para disminuir la explotación de los nativos en las colonias, para aumentar el grado de su civilización, para otorgarles los derechos que reclamamos. El deber del congreso es velar para que los millones de nativos desamparados puedan esperar un futuro mejor, gracias al trabajo práctico de todos los socialistas.

(Se oyen exclamaciones de aprobación de los delegados holandeses y algunas de los delegados ingleses).

Eduard Bernstein (Alemania). Soy partidario de la resolución de la mayoría [...]. La fuerza creciente del socialismo en algunos países aumenta también la responsabilidad de nuestros grupos. Por eso no podemos mantener nuestro criterio puramente negativo en materia colonial [...]. Debemos rechazar la idea utópica cuyo objetivo vendría a ser el abandono de las colonias. La última consecuencia de esta concepción sería que se devuelva Estados Unidos a los indios (movimientos en la sala). Las colonias existen, por lo tanto debemos ocuparnos de ellas. Y estimo que una cierta tutela de los pueblos civilizados sobre los pueblos no civilizados es una necesidad. Esto fue reconocido por numerosos socialistas, sobre todo por Lassalle y Marx. En el tercer tomo de El capital leemos la siguiente frase: “La tierra no pertenece a un solo pueblo sino a la humanidad, y cada pueblo debe utilizarla para beneficio de la humanidad”.

[...] Otros congresos internacionales reconocieron este hecho. Por eso considero que debemos colocarnos en el plano de los hechos reales y oponer a la política colonial capitalista la política colonial socialista. Una gran parte de nuestra economía descansa en la adquisición de los productos de las colonias, productos que los nativos casi no utilizan. Por todas estas razones, debemos adoptar la resolución de la mayoría.

Eduard David (Alemania). Les ruego que acepten la resolución de la mayoría [...]. Cuando la minoría afirma que no es posible mejorar la política colonial actual, que esta es una desgracia para los nativos en toda circunstancia, entonces la minoría, si quiere ser consecuente, debe exigir la supresión de las colonias. (Se oyen exclamaciones de aprobación). Ledebour me interrumpe y me dice que esa es su intención. ¡Si es así, que los camaradas ingleses, partidarios de la resolución Ledebour, que los camaradas franceses, que también la apoyan, propongan, en su respectivo parlamento, el abandono de las colonias! Si los representantes de esta concepción tuvieran el poder, deberían devolver las colonias a los nativos. ¿Qué sucedería entonces en las colonias? No serían precisamente los sentimientos humanitarios los que triunfarían sino la barbarie. (Se oyen exclamaciones de aprobación desde ciertos sectores). [...] Las colonias también deben atravesar el estadio del capitalismo, y no es posible saltar de la barbarie al socialismo. (Más exclamaciones).

Karski (Alemania). [...] David ha reconocido el derecho de una nación a tomar bajo su tutela a otra nación. Nosotros, los polacos, que tenemos como tutor al zar de Rusia y al gobierno de Prusia, sabemos lo que significa esa tutela. (Exclamaciones de aprobación). Aquí hay una confusión en la expresión debida no tanto a la influencia burguesa como a la influencia de los terratenientes. Al afirmar que todo pueblo debe pasar por el capitalismo, David invoca la autoridad de Marx. Yo cuestiono esa interpretación. Marx dice que los pueblos en donde hay un comienzo de desarrollo capitalista deben completar esa evolución, pero nunca dijo que todos los pueblos tengan que atravesar la etapa capitalista [...]. Creo que para un socialista existen también otras civilizaciones además de la civilización capitalista o europea. No tenemos ningún derecho a vanagloriarnos tanto de nuestra civilización y a imponerla a los pueblos asiáticos, poseedores de una cultura mucho más antigua y quizás más desarrollada. (Se oyen exclamaciones de aprobación). David también ha afirmado que las colonias retornarán a la barbarie si se las abandona a su suerte. Esta afirmación me parece relativa, sobre todo en lo que atañe a la India. Allí me represento la evolución de otra manera. Es perfectamente posible mantener la cultura europea en ese país sin que por ello los europeos dominen con la fuerza de sus bayonetas. De ese modo, ese pueblo podría desarrollarse libremente. Por lo tanto, les propongo votar la resolución de la minoría.

Citado en: Carrère D’Encausse, Hélène. y Stuart Schram, El marxismo y Asia, Buenos Aires, Siglo XXI, 1974.


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