FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN UNLP

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Imposición y crisis del neoliberalismo en el Tercer Mundo

Asia sur

 

Aunque más silencioso y un poco más lento que el de China, el boom económico de India la ubica entre los ejemplos exitosos de la economía global. Con una población de mas de mil millones de habitantes en la que se destaca una consistente clase media con un alto número de profesionales capacitados en las nuevas tecnologías, un crecimiento económico constante del 6-7% al año y una fuerza militar atómica, Nueva Delhi también está modificando, no sólo el escenario industrial y comercial del área de su directa influencia, si no el mundial.

A partir del fuerte impacto negativo de la crisis económica de los años setenta, el partido del Congreso asumió cada vez más decididamente el programa neoliberal, al mismo tiempo que su indiscutido predominio al frente del gobierno se resquebrajó. Su debilitamiento no fue consecuencia directa del giro de su política económica, en parte resultó del desgaste provocado por su prolongado ejercicio del gobierno, pero se debió también a los cambios sociales producidos al calor de la experiencia de los años dorados.

A partir de los años setenta, los primeros efectos de la revolución verde crearon una nueva clase rural, los capitalistas del arado, medianos propietarios que empezaron a acumular un pequeño capital gracias a los excedentes producidos por la introducción de fertilizantes e insecticidas y por las mejoras en los sistemas de regadío. El aumento del nivel de vida se dio asociado con la sensibilización política y aparecieron partidos políticos regionales representando los intereses concretos de diversas comunidades integradas por castas medias que se sentían desfavorecidas y sostenían demandas de inspiración regionalista. Poco a poco estos partidos, por definición de alcance local, redujeron el caudal electoral del Congreso.

Otro factor que resquebrajó la centralidad del partido que lideró la independencia fue la disensión interna emergente a finales de los sesenta y que llevó a la creación del Janta Dal formado por políticos del Congreso que criticaban el fracaso de las políticas sociales, la corrupción y el autoritarismo del gobierno encabezado por Indira Gandhi, la hija de Nehru.

 

GANDHIINDIRA GANDHI (1917-1984)

 

 

EN 1959 FUE ELEGIDA PRESIDENTA DEL PARTIDO Y EN 1964, EL PRIMER MINISTRO SHASTRI, QUE HABÍA SUCEDIDO A NEHRU, LA NOMBRÓ MINISTRA DE INFORMACIÓN Y RADIODIFUSIÓN, CARGO QUE OCUPÓ HASTA 1973. SIN EMBARGO, LA PREMATURA MUERTE DE SHASTRI, ACAECIDA EN 1966, LA IMPULSÓ HACIA LA SECRETARÍA GENERAL DEL PARTIDO DEL CONGRESO Y, POR EXTENSIÓN, AL PUESTO DE PRIMERA MINISTRA. FUE SUCESIVAMENTE REELEGIDA HASTA 1977. ACEPTÓ, LA AYUDA SOVIÉTICA DURANTE EL CONFLICTO ARMADO QUE ENFRENTÓ A LA INDIA Y PAKISTÁN Y FACILITÓ LA POSTERIOR CREACIÓN DE BANGLADESH. DERROTADA EN LAS ELECCIONES DE 1977, EN 1980 RECUPERÓ EL GOBIERNO.

EN JUNIO DE 1984, EN UN INTENTO DE ACABAR CON EL TERRORISMO SIJ, ORDENÓ EL ATAQUE A UN TEMPLO SIJ EN EL QUE MURIERON CERCA DE 450 PERSONAS. POCOS MESES DESPUÉS DE ESTOS HECHOS FUE ASESINADA POR DOS MIEMBROS DE SU GUARDIA PERSONAL, DE ORIGEN SIJ Y VINCULADOS A UN GRUPO TERRORISTA DE DICHA ETNIA

 

La corriente política Janta Dal consiguió el poder en 1977 aglutinando a todo tipo de partidos, sólo unidos por su oposición a Indira. El gobierno del Janta Dal cayó pronto victima de sus propias contradicciones cediendo una vez más el poder en 1980 a Indira. Todas las coaliciones formadas en torno al Janta Dal (1989-90 y 1996-98) fueron efímeras a causa de las diferencias internas.

La configuración de un partido de ámbito nacional que se convirtió en la alternativa al Congreso se concretó a mediados de los años ochenta con la ascensión del partido Pueblo Indio, una fuerza de derecha que exalta un nacionalismo hindú xenófobo. La violencia que acompañó a este auge nacionalista hindú desde finales de los ochenta y durante los noventa consistió básicamente en una serie de pogromos contra los musulmanes frente a los que en reiteradas ocasiones la policía permaneció de brazos cruzados En 1999 este partido se convirtió en líder de la coalición gobernante, pero su fulgurante ascenso se vio frenado, para sorpresa de todos, en las elecciones del 2004 con el triunfo de la coalición encabezada por el Congreso.

Los primeros tanteos en pos del neoliberalismo se dieron en 1985 para asumir consistencia en los años noventa cuando la India liberalizó el comercio exterior, se eliminaron muchos de los controles a la inversión extranjera y su gobierno decidió seguir un enfoque orientado a las fuerzas del mercado y a la integración en la economía mundial. Algunos informes pronostican que la economía india alcanzará a las de Italia, Francia y Reino Unido hacia 2017. Sin lugar a dudas, a la India le cabe un papel protagónico en la determinación del equilibrio de poder en Asia.

Entre los factores que han contribuido a este crecimiento económico se suelen mencionar su notable élite científica, su segmento de población angloparlante y los bajos salarios comparativos que percibe su legión de trabajadores. Estos elementos le permiten destacar en la globalización, entre otros aspectos, como destino de numerosas deslocalizaciones en el sector servicios desde el resto de países de habla inglesa y de los que desean proyectarse mejor en esa lengua. En India hay más hablantes de inglés, aunque no todos maternos, que en EEUU y Reino Unido juntos.

Junto con estos drásticos cambios, un enorme segmento de la sociedad continúa viviendo en un sistema de castas desvinculado de toda globalidad. También siguen en pie los principales conflictos desencadenados a partir, o poco después, de la independencia: la guerrilla maoísta, las reivindicaciones autonomistas y de justicia social de diferentes grupos étnicos y la violencia en Cahemira, aunque cada vez más interconectados con otras luchas presentes en la región o en zonas más remotas. Otro dato novedoso es la intensificación de las acciones terroristas por grupos islámicos. El discurso oficial y de buena parte de los medios de de comunicación lo vincula con las ambiciones de expansión de Pakistán o bien con el peso de los islamistas radicales en el fallido Estado pakistaní. Desde esta perspectiva, India se ubica con EEUU, Reino Unido o España como víctima del eje yihadista global. La ausencia de la firma Al Qaeda en India o, hasta hace poco, de alusiones directas a Cachemira por parte de Bin Laden, se debería, según los analistas indios, a la petición expresa pakistaní de no entrometerse en una disputa que Ismalabad siempre ha definido como una lucha de liberación nacional. Otra corriente, con peso en el mundo académico, presta atención a las tensiones internas: una sociedad y un Estado que han fracasado sistemáticamente en contener la agresividad del nacionalismo hindú junto con la manifiesta radicalización de la población musulmana en virtud de su condición marginal.

En marcado contraste con la India, a partir de su independencia Pakistán sufrió permanentes crisis políticas y desde 1958 a 1972 se sucedieron los golpes y los gobiernos militares. En el marco del trauma ocasionado por la perdida de Bangladesh, el militar al frente del gobierno renunció y Zulfikar Ali Bhutto, líder del partido Popular Pakistaní, ocupó la presidencia en 1972. Bhutto encaró una política industrializadora semejante a la de otros países del tercer Mundo, introdujo una reforma agraria radical y se embarcó en una política exterior de no alineación. La oposición rechazó el triunfo electoral del partido Popular en 1977 denunciando la instrumentación de fraude y en medio de las protestas, el general Zia-ul Haq derrocó el gobierno socialista de Bhutto y proclamó la ley marcial. El ex presidente fue enviado a la cárcel y un tribunal lo declaró culpable de conspiración en el asesinato de un líder político de la oposición condenándolo a muerte.

El general Zia promovió la islamización desde arriba en todas las esferas de la vida política y social a lo largo de su dictadura que se prolongó hasta 1988 cuando murió en un presunto accidente aéreo. Se revisaron las leyes vigentes para adecuarlas a las pautas de la sharia y se puso en práctica todo un código penal islámico muy severo. Durante el gobierno de Zia se concretó la asociación entre una elite militar con peso decisivo en el Estado, la burguesía nacional, y el grupo de intelectuales islamistas agrupados alrededor de Mawlana Mawdudi. En contraste con Irán, Zia aconsejado por Mawdudi se convirtió en el principal apoyo de la política de EEUU en esta región. Fue el enlace por el que pasó la ayuda decisiva de Washington a la yihad contra los soviéticos. Mientras Jomeini movilizó a la juventud urbana pobre para eliminar a las elites dirigentes de la época del sha y fortalecer a la burguesía nacional, en Pakistán, los intelectuales islamistas fueron incorporados a un régimen que logró contener los conflictos sociales y en el que las elites dirigentes mantuvieron sus privilegios. La dictadura fue apoyada por la burguesía a causa de la prosperidad propiciada por las consecuencias de la emigración al Golfo, por la ayuda estadounidense y saudí y por el tráfico legal e ilegal de mercancías entre Afganistán y Pakistán. Se mantuvieron distantes del régimen: los profesionales afectados por la islamización de las leyes y los sectores populares urbanos a quienes se impidió expresar sus demandas.

Por su parte los deobandíes aunque no desempeñaron un rol directo en la guerra de Afganistán, establecieron cientos de escuelas a lo largo de la frontera, en la provincia de la Frontera Noroeste y en Baluchistán. En ellas se brindó a los jóvenes pakistaníes y a los refugiados afganos educación gratuita, alimento, vivienda y entrenamiento militar. Gracias a los fondos sauditas, su ideología se acercó poco a poco al wahhabismo. También crearon un partido político, el Jamiat-e-Ullema Islam (JUI) que en los años 90 reclutó jóvenes para apoyar a los talibanes en Afganistán. Los deobandi además, se sumaron a los ataques contra los chiítas especialmente en el sur de Penjab. En esta tarea recibieron la ayuda de Arabia Saudita.

Después de la muerte de Zia, durante una década se alternaron en el gobierno el Partido Popular de Pakistán encabezado por Benazir Bhutto, la hija de Ali Bhutto (1988-1990; 1993-1996) y la Liga Musulmana de Nawaz Sharif (1990-1993; 1997-1999).

 

BENAZIR BHUTTOBENAZIR BHUTTO (1953-2007)

 

En 1999 el general Pervaiz Musharraf dio un nuevo golpe: suspendió el Parlamento y la Constitución, se autonombró jefe ejecutivo del país y estableció como gobierno un Consejo de Seguridad Nacional. Los dirigentes de los partidos políticos debieron exilarse y Musharraf controló el gobierno hasta el 2008 cuando la crisis asociada al asesinato de Benazir Bhutto lo condujo a retirarse aceptando el reingreso de los políticos.

El conflicto de Cachemira que en su inicio se manifestó básicamente como resultado de la rivalidad entre distintos Estados (India, Pakistán y China) se distingue cada vez más como la combinación del enfrentamiento entre Ismalabad y Nueva Delhi con el conflicto interno en la zona de Jammu y Cachemira donde distintos movimientos luchan por el control de la región ya sea para que forme parte de Pakistán o para crear u Estado independiente de la India.

En un principio Nerhu aceptó un alto grado de autonomía para la región al punto tal que Jammu y Cachemira se convirtió en el único estado indio con Constitución propia. La muerte de Nerhu en 1964 dio paso a un progresivo cambio en la relación del poder central con los estados de la Unión India. Tanto Indira como Rajiv Gandhi insistieron en la centralización de la autoridad y eliminaron sistemáticamente el poder de los centros regionales reduciendo a los gobernantes de los respectivos estados a la categoría de honorables vasallos.

En 1988 se produjo un estallido de violencia en Jammu y Cachemira en el que jugaron un papel importante, por un lado, el retroceso en la autonomía de la región al mismo tiempo que se acentuaba la conciencia nacionalista de los cachemires al calor de la expansión de la alfabetización y los progresos en la economía y por otro, el endurecimiento de la identidad islámica ante la intensificación del nacionalismo hindú reclamando la incorporación plena de la región en la Unión India.

El Frente de Liberación de Jammu y Cachemira inició una espiral de violencia en julio de 1988 con la explosión de tres bombas en edificios del Gobierno indio en Srinagar. Pakistán se involucró en el conflicto proporcionando santuarios, entrenamiento, y armas a los terroristas. El resultado fue una islamización de la violencia que se vio reflejada en los ataques a la comunidad hindú cachemir a comienzos de los años noventa. India respondió con el despliegue de una poderosa fuerza militar en Cachemira y la violación sistemática de los derechos humanos entre 1990 y 1996. El clásico principio de acción-represión-acción se instaló en el territorio. Mientras los habitantes de Cachemira sufren al ejército indio como una fuerza de ocupación y le acusan de limpieza étnica, la India denuncia los campos de refugiados hindúes en Jammu y Nueva Delhi, así como la discriminación y opresión de la minoría hindú en Cachemira. Con el incremento del nacionalismo hindú desplazando al secularismo y en virtud del mayor cariz islámico del terrorismo cachemir a través del apoyo paquistaní y la intervención de numerosos combatientes procedentes de Afganistán, la identidad religiosa de los contendientes se ha impuesto como una dimensión clave del conflicto.

Desde el 11 de setiembre, el margen de acción de los islamistas pakistaníes en Cachemira se ha visto reducido. La intervención de EEUU en Afganistán fue un mensaje contundente: ningún gobierno puede amparar las acciones de los islamistas radicales. Además, el fin del régimen talibán también afectó a aquellos grupos armados que se preparaban en Afganistán. El gobierno pakistaní, tradicional aliado de los talibán, afganos dejó de apoyarlos. Aunque gran parte de los paquistaníes simpatizaba con el régimen de Kabul, el general Musharraf decidió unirse a Washington en su cruzada antiterrorista, y para esto purgó la jerarquía de las fuerzas armadas de simpatizantes protalibán. Así el presidente Musharraf aunque consolidaba su vínculo con la principal potencia mundial enfrentaba el desafío de manifestaciones cada vez más violentas en apoyo al gobierno afgano, los islamistas se hicieron fuertes en las calles.

El presidente estadounidense, George Bush decidió olvidar que el general Musharraf accedió al poder gracias a un golpe de Estado tras el cual Washington impuso sanciones a Islamabad y Pakistán pasó a ser su aliado en la zona. El gobierno militar recibió cuantiosa ayuda económica otorgada por Fondo Monetario Internacional y Washington.

La India, por su parte apeló a EEUU a que extendiese a Cachemira su lucha contra el terrorismo y acusó a Pakistán de financiar a los grupos terroristas que operaban en la zona donde, la campaña estadounidense contra Afganistán dio paso a la reanudación de la violencia en esta región.

 

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