FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN UNLP

ISBN 957 950 34 0658 8

Usted está aquí: Inicio Carpeta 3 Fuentes III. Los años dorados en el capitalismo central Discurso de George Wallace

Discurso de George Wallace

III. Los años dorados en el capitalismo central


                                                                     

George Wallace GEORGE C. WALLACE(1919-1998)

CUATRO VECES GOBERNADOR DE ALABAMA, ENCARNÓ EN LOS ESTADOS UNIDOS EL SÍMBOLO DEL RACISMO. EN 1963 IMPIDIÓ EL INGRESO EN LA UNIVERSIDAD DE ALABAMA DE LOS DOS PRIMEROS ESTUDIANTES NEGROS, DESPUÉS DEL FIN OFICIAL DE LA SEGREGACIÓN RACIAL


Pronunciado el 14 de enero de 1963


[…] El general Robert E. Lee dijo que “deber” es la más sublime palabra en el lenguaje inglés y he llegado, cada vez más, a darme cuenta de lo que quería decir. Cumpliré con mi deber, con la ayuda de Dios, con cada hombre, con cada mujer… ¡sí!, con cada niño en este estado. Voy a cumplir mi deber para con la honestidad y la economía en nuestro gobierno del Estado, por lo cual ningún hombre tendrá una parte de su medio de vida disminuida y ningún niño tendrá una parte de su futuro robada.

[…] que el granjero en el campo, el trabajador en la factoría, el hombre de negocios en su oficina, el ama de casa en su hogar, han decidido que el dinero puede ser gastado mejor para ayudar en la educación de nuestros hijos, y a nuestros ciudadanos mayores, y que ellos han puesto un hombre en la oficina para que vigile que esto sea hecho. Así se hará. Permítanme decirlo una vez más: no más bebida de licor en la mansión de su gobernador.

Cumpliré con mi deber de trabajar duro para traer la industria a nuestro estado, no solo manteniendo un clima de gobierno honesto, sobrio y de libre empresa en el cual la industria podrá tener confianza... sino en salir del estado y conseguir que las empresas se queden… de tal manera que nuestra gente cuente con empleos industriales en Alabama y puedan proveer una mejor vida a sus hijos. […]

Es bastante apropiado entonces que desde esta cuna de la Confederación, este mismo corazón de la Gran Tierra Sureña Anglosajona, que hoy en día hagamos sonar el tambor de la libertad como generaciones de antepasados lo hicieron antes de nosotros, una y otra vez a través de la historia. Vamos a levantarnos ante el llamado de la sangre amante de la libertad que está en nosotros, y enviemos nuestro mensaje a la tiranía que suena sus cadenas sobre el Sur. En el nombre de las más grandes personas que jamás hayan pisado esta tierra, yo trazo la línea en la tierra y sacudo el guante ante los pies de la tiranía, y yo digo: segregación hoy, segregación mañana, segregación por siempre.

El reporte de disturbios escolares de Washington D.C. es repugnante y revelador. No vamos a sacrificar a nuestros hijos ante cualquier sistema escolar de ese tipo, y ustedes pueden escribir eso. Las tropas federales en Mississippi podrían ser mejor empleadas en la seguridad de los ciudadanos de Washington D.C., donde es incluso inseguro caminar o asistir a un juego de pelota, y esa es la capital de la nación. Estaba más seguro en un bombardero B-29 sobre Japón durante la guerra en un ataque aéreo, que la gente de Washington cuando camina el vecindario de la Casa Blanca. […]

Vamos a enviar este mensaje de nuevo a Washington por medio de nuestros representantes, quienes están con nosotros hoy: que a partir del día de hoy nos mantenemos de pie, y el talón de la tiranía no puede apretar el cuello de un hombre de bien, que tenemos la intención de tomar la ofensiva y llevar nuestra lucha por la libertad por todo el país, blandiendo el equilibrio de poder que sabemos que poseemos en las tierras del Sur, que nosotros, no el insípido bloque de votantes de algunas secciones, vamos a determinar en la siguiente elección quién se sentará en la Casa Blanca de estos Estados Unidos. Que a partir de este día, a partir de esta hora, a partir de este minuto, nosotros damos la palabra de una raza de honor, que ya no vamos a tolerar su bota en la cara por más tiempo, y dejemos que algunos de esos jueces pongan eso en sus pipas de opio de poder y lo fumen por lo que vale. […]

Nos enfrentamos a la idea de que si un gobierno centralizado asume suficiente autoridad, suficiente poder sobre su pueblo, podrá proveer una vida utópica… que si se le da el poder de dictar, de prohibir, de exigir, de demandar, de distribuir, de decretar y de juzgar lo que es mejor será nuestro padre… y nuestro Dios. Es una idea de gobierno que anima nuestros miedos y destruye nuestra fe…ya que ahí donde hay fe no hay miedo, y donde hay miedo no hay fe. Por medio del fomento de nuestros temores de inseguridad económica se demanda que pongamos el control y manejo de nuestra economía en el gobierno, fomentando nuestro temor con respecto al desarrollo educacional; se demanda que pongamos la educación y las mentes de nuestros niños bajo el manejo y el control del gobierno, e incluso alimentando nuestros temores a las enfermedades físicas y a los años de declive por la edad, el gobierno ofrece y demanda ser nuestro padre a través de todo e incluso en la tumba.

Es un gobierno que nos dice que es bondadoso mientras obtiene su poder de nosotros, con los frutos de su rapacidad, de la riqueza que hombres libres han producido anteriormente y construye sobre la base del uso de un crédito que se desmorona, sin responsabilidad para con los principales deudores, nuestros hijos.

Es una ideología de gobierno erigida en el fomento del miedo, que no reconoce la ley básica de nuestros padres: que los gobiernos no producen riqueza, la gente produce riqueza, gente libre; y esas personas tienen cada vez menos libertad, conforme aprenden que existe poca recompensa para la ambición, que se requiere fe para arriesgar y ellos no tienen ninguna, conforme el gobierno debe restringir y penalizar y brindar incentivos fiscales y de emprendimiento y debe incrementar sus gastos en recompensas; entonces este gobierno debe asumir cada vez más y más papeles de policía, y nos encontramos con que nos hemos vuelto gente temerosa del gobierno, no gente temerosa de Dios. Nos encontramos con que hemos reemplazado fe con miedo, y pensamos que podríamos servir al Todopoderoso pero, en la realidad, el gobierno se ha convertido en nuestro dios. Es, por lo tanto, un gobierno sin Dios, y su llamado a los pseudointelectuales y los políticos es para cambiar su estatus de servidor del pueblo a amo del pueblo, para jugar a ser Dios, sin fe en Dios y sin la sabiduría de Dios. […]

Sus portavoces pseudoliberales y algunos defensores de Harvard nunca han examinado la lógica de su sustitución de lo que llaman “derechos humanos” por derechos individuales, ya que su propaganda utiliza palabras que tienen un atractivo para los no pensantes. Su lógica es totalmente material e irresponsable, ya que recorre toda la gama completa de los deseos humanos, incluyendo la teoría de que todos tienen el derecho al voto sin la responsabilidad espiritual de preservar la libertad. Nuestros Padres Fundadores reconocieron estos derechos, pero solo dentro del marco de esas responsabilidades espirituales. Pero la fuerte y simple fe y el sano razonamiento de nuestros Padres Fundadores hace tiempo que han caído en el olvido conforme los llamados “progresistas” nos dicen que nuestra Constitución fue escrita para los días del “caballo y la calesa”, pero así también lo fueron los Diez Mandamientos. […]

A medida que el racismo nacional de la Alemania de Hitler persiguió a una minoría nacional al capricho de una mayoría nacional, también el racismo internacional de los liberales busca perseguir la minoría blanca internacional al capricho de la mayoría de color internacional, lo que hace que seamos manejados de acuerdo al deseo del bloque afro-asiático. Pero los supervivientes belgas del Congo no pueden presentar su caso a una comisión de crímenes de guerra, tampoco los portugueses de Angola, tampoco los supervivientes de Castro, tampoco los ciudadanos de Oxford, Mississippi.

Es esta teoría de poder político internacional que llevó a un grupo de hombres en la Corte Suprema, por primera vez en la historia de Estados Unidos, a emitir un edicto, no en base a precedentes legales, sino sobre la base en un volumen, cuyo editor dijo que nuestra Constitución está obsoleta y debe ser cambiada, y los escritores, de los cuales algunos han admitido pertenecer a un máximo de medio centenar de organizaciones de frente comunista. Es esta teoría la que ha llevado a este mismo grupo de hombres a poner al descubierto brevemente el núcleo impío de esta filosofía, al prohibir que los niños pequeños en las escuelas puedan decir una oración. Y nos encontramos con la evidencia de esta impiedad incluso en la eliminación de las palabras “en Dios confiamos” de algunos de nuestros dólares, las cuales fueron colocadas ahí como una evidencia por nuestros Padres Fundadores de la fe sobre la cual este sistema de gobierno fue construido. Es el espíritu de la sed de poder que causó que un presidente en Washington tomara la pluma del César y con un golpe de esta hiciera una ley.

Una ley que la cámara del Congreso se negó a aprobar, una ley que nos dice que podemos o no podemos comprar o vender nuestras propias casas, excepto bajo sus condiciones, y salvo bajo su discreción. […]

Y de la misma forma, así fue determinado en nuestras vidas raciales. Cada raza, dentro de su propio marco, tiene la libertad de enseñar, de instruir, de desarrollar, de preguntar, de pedir y recibir ayuda merecida de otros, pertenecientes a posiciones separadas. Esta es la gran libertad de nuestros Padres Fundadores de América, pero si nos amalgamamos en la unidad que es defendida por los filósofos comunistas, entonces el enriquecimiento de nuestras vidas, la libertad de nuestro desarrollo se habrá ido para siempre. Nos convertimos por lo tanto en una sola unidad de mestizos bajo un solo gobierno todopoderoso, y valemos para todo, y para nada. […]

Invitamos a los ciudadanos negros de Alabama a trabajar con nosotros desde su posición racial separada, tal como vamos a trabajar con ellos, para desarrollar, para creer en libertad individual y enriquecimiento. Queremos trabajos y un buen futuro para ambas RAZAS, los tuberculosos y los enfermos. Esta es la herencia básica de mi religión, si de ella hago ejercicio pleno, ya que todos somos obra de Dios.

Pero advertimos a aquellos, de cualquier grupo, que piensan seguir la falsa doctrina de la amalgamación comunista, que no rendiremos nuestro sistema de gobierno, nuestra libertad racial y religión, que la libertad fue conseguida a un alto precio y si requiere un elevado precio para conservarla, somos capaces, y estamos dispuestos a pagarlo […]”.


Acciones de Documento