FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN UNLP

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Las Brigadas Rojas

VI. El 68

 

En el primer periodo de actividad esta agrupación concibió la lucha armada como aglutinante de la lucha obrera en las fábricas y las grandes empresas. Se propusieron acciones con un marcado objetivo propagandístico para ganarse el consenso de los trabajadores. Las primeras acciones tuvieron un carácter acotado y propagandístico, por ejemplo el incendio de los automóviles de jefes de las grandes compañías, o bien el de los miembros del neofascista Movimiento Social Italiano. Poco tiempo después se pensó en realizar gestos al estilo Tupamaro o sea los secuestros relámpago: breves retenciones de algún personaje particularmente odiado, inmortalizado a través de fotografías que se difundirían en prensa y boletines de propaganda donde se reproducirían los mensajes brigadistas así como el juicio del secuestrado cuya liberación se equiparaba a la "libertad provisional".

En abril de 1975 se emitió la Resolución de la dirección estratégica en la cual se hace referencia por primera vez al Estado Imperialista de las Multinacionales el verdadero causante de la violencia antiproletaria y contrarevolucionaria. La lucha necesita por tanto una intesificación del ataque al "corazón de Estado", sus acciones apuntan directamente a la Democracia Cristiana, a los sindicatos amarillos y a los organismos de represión. La necesidad de dinero condujo a la creación de un frente logístico encargado de asaltar entidades finacieras (expropiaciones revolucionarias) y también encargado de obtener armas y municiones. Además se da un salto en los secuestros que pasan a ser acciones punitivas o sea se hiere al secuestrado, generalmente con disparos en las piernas, como método de castigo y de hecho se comienza a plantear la instrumentación de asesinatos políticos como forma de lucha armada. Esta nueva estrategia fue rechazada especialmente por los miembros vinculados con la militancia en el frente fabril y se produjo la primera escisión de la Brigadas.

A principios de 1976, casi todos los fundadores de las Brigadas estaban en la cárcel, quedaban en libertad y los nuevos brigadistas bastante más violentos que sus antecesores. El proceso contra las Brigadas sirvió como argumento para dar el salto al asesinato planeado, y se elige un juez. Francesco Coco fue asesinado el 8 de junio de 1976, en la acción son asesinados también dos agentes de su escolta. Para muchos autores con la eliminación de Coco comienza el periodo más duro, los llamados años de plomo, que tendrían su cenit en el secuestro de Aldo Moro, entonces presidente de la Democracia Cristiana que se había propuesto entablar conversaciones con los comunistas.

Moro fue secuestrado en la mañana del 16 de marzo de 1978 y los cinco miembros de su escolta murieron durante el atentado. Las Brigadas Rojas asumen la responsabilidad del secuestro y declaran que un tribunal del pueblo lo someterá a juicio. El Consejo de Ministros aprueba una ley que acrecienta los poderes de la policía y reduce la libertad de los ciudadanos. En el segundo comunicado de las Brigadas se enumeran las acusaciones contra Moro, especialmente el de proteger a los grandes capitalistas y a los políticos corruptos. El diario de ultraizquierda Lotta continua, publica un llamamiento a favor de la vida de Moro; lo firman obispos, parlamentarios e intelectuales. En el comunicado número siete, las Brigadas afirman que están dispuestos a liberarlo a cambio de presos comunistas. El Primer Ministro Giulio Andreotti anuncia por televisión que: No podemos negociar con aquellos que han mancillado la ley.

Circula la noticia de que Moro ha enviado cartas al Gobierno y a la cúpula de la Democracia Cristiana, las que no se dan a conocer. A principios de mayo, la familia de Moro le exige a la Democracia Cristiana que asuma con valentía sus responsabilidades. El 9 de mayo de 1978, el cuerpo de Aldo Moro es hallado en la cajuela de un Renault en una céntrica calle de Roma. La familia pide respetar la voluntad de Moro, ni funerales oficiales ni homenajes a su memoria. La ceremonia del adiós se hace en privado.

 

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