FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN UNLP

ISBN 957 950 34 0658 8

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El reparto de los Balcanes.

V. La Segunda Guerra Mundial y el Holocausto


En octubre de 1944, Churchill viajó a Moscú para llegar a un arreglo con Stalin sobre el reparto de influencias en los Balcanes. Ambos dirigentes acordaron verbalmente que Grecia quedaría bajo la órbita británica, mientras que la URSS tendría una posición dominante en Hungría, Bulgaria y Rumania. En el caso de Yugoslavia, los dos mandatarios resolvieron una influencia compartida. El presidente norteamericano Roosevelt eludió comprometerse, pero no planteó ninguna objeción explícita.

Cuando la guerra acabó en 1945, Tito –al frente del gobierno de la nueva República Socialista Federativa de Yugoslavia– dejó en claro la total independencia de su país respecto de cualquier injerencia extranjera.

El “reparto” de los Balcanes se correspondió en gran medida con las posiciones de fuerza en el campo de batalla: los británicos desembarcaban en Grecia y el ejército soviético avanzaba sobre los Balcanes. Mientras que en Yugoslavia, la guerrilla comunista dirigida por Tito era la principal fuerza opositora a los alemanes.


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