FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN UNLP

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Los comunistas chinos frente a la agresión japonesa.

VI. El mundo colonial y dependiente


Informe de Mao “Sobre la táctica de la lucha contra el imperialismo japonés”, presentado ante una conferencia de activistas del partido a fines de diciembre de 1935. Esta reunión criticó la opinión de que era imposible que la burguesía nacional china se aliara con los obreros y campesinos para luchar contra el Japón, y adoptó la táctica de frente único nacional. Mao destacó la importancia decisiva del papel dirigente que en dicho frente correspondía al Partido Comunista y al Ejército Rojo.

“[…] Hoy, la situación es distinta: los imperialistas japoneses ya han revelado su intención de avanzar hacia el sur de la Gran Muralla y ocupar todo el país. Ahora tratan de convertir a toda China, de una semicolonia compartida por varias potencias imperialistas, en una colonia exclusiva del Japón. […]

Veamos ahora cómo responden a esta cuestión las diferentes clases de China.

Los obreros y campesinos exigen, todos, la resistencia. La revolución de 1924-1927, la revolución agraria desde 1927 hasta la fecha y la marea antijaponesa surgida a partir del Incidente del 18 de Septiembre de 1931, han demostrado que la clase obrera y el campesinado son las fuerzas más firmes de la revolución china.

La pequeña burguesía también exige la resistencia. ¿No han iniciado ya la juventud estudiantil y la pequeña burguesía urbana un amplio movimiento antijaponés? Estos sectores de la pequeña burguesía china participaron en la revolución de 1924-1927. Por su condición económica de pequeños productores, tienen, al igual que los campesinos, intereses irreconciliables con el imperialismo. Este y las fuerzas contrarrevolucionarias chinas les han causado graves daños, llevando a mucha gente de estos sectores al desempleo o a la ruina total o parcial. Y ahora, ante la inminente amenaza de ser convertidos en esclavos de una nación extranjera, estos sectores no tienen otra salida que la resistencia.

Pero ¿cómo reaccionan ante esta cuestión la burguesía nacional, la burguesía compradora, la clase terrateniente y el Kuomintang?

Los grandes déspotas locales y shenshi malvados, los grandes caudillos militares, los grandes burócratas y los magnates de la burguesía compradora ya han tomado hace mucho su decisión. Han sostenido y sostienen que toda revolución (sea cual fuere) es peor que el imperialismo. Constituyen el campo de los vendepatrias; para ellos no se plantea el problema de ser o no esclavos de una nación extranjera, porque han perdido todo sentido de la nacionalidad, y sus intereses están indisolublemente ligados a los del imperialismo. Su cabecilla supremo es Chiang Kai-shek. Este campo de vendepatrias es enemigo jurado del pueblo chino. Si no hubiera existido esta jauría de traidores, el imperialismo japonés no habría podido proceder con tanto desenfreno. Son perros de presa del imperialismo.

La burguesía nacional presenta un problema complejo. Esta clase participó en la revolución de 1924-1927, pero luego, aterrorizada por las llamas de la revolución, se pasó a la pandilla de Chiang Kai-shek, enemigo del pueblo. La cuestión reside en si hay posibilidad de que, en las circunstancias actuales, esta clase sufra un cambio. Creemos que sí, pues la burguesía nacional no es igual a la clase terrateniente o la burguesía compradora; entre ella y estas últimas existen diferencias. La burguesía nacional no es tan feudal como la clase terrateniente, ni tan compradora como la burguesía compradora. Un sector de la burguesía nacional mantiene vínculos más o menos numerosos con el capital extranjero y con la propiedad de la tierra en el país; constituye su ala derecha. Por el momento no especularemos sobre la posibilidad de que este sector sufra un cambio. El problema está en aquellos sectores de la burguesía nacional que no tienen tales vínculos o los tienen escasamente. Estimamos que en la nueva situación, en que sobre China se cierne el peligro de la colonización, es posible que estos sectores cambien de actitud. La característica de este cambio será su vacilación. Por una parte, no les gusta el imperialismo y, por la otra, tienen miedo a la realización cabal de la revolución, y oscilan entre lo uno y lo otro. Esto explica por qué participaron en la revolución en el período 1924-1927 y por qué, al final de ese período, se pasaron al lado de Chiang Kai-shek. […]

Camaradas, ¿qué es lo correcto: el frente único o la actitud de “puertas cerradas”? ¿Qué es lo aprobado por el marxismo-leninismo? Yo contesto tajantemente: el frente único, y no la actitud de “puertas cerradas”. Un niño de tres años tiene muchas ideas correctas, pero no se le pueden confiar los serios asuntos del Estado o del mundo, porque no los entiende todavía. El marxismo-leninismo se opone a la “enfermedad infantil” en las filas revolucionarias, y es justamente esa “enfermedad infantil” lo que pregonan los testarudos partidarios de la táctica de “puertas cerradas”. Igual que cualquier otra actividad en el mundo, la revolución sigue siempre un camino tortuoso, y nunca uno recto. […]

La revolución de 1924-1927 fue una revolución democrático-burguesa, pero no se consumó sino que fracasó. La revolución agraria que se desarrolla bajo nuestra dirección desde 1927 hasta hoy es también una revolución democrático-burguesa, porque está dirigida contra el imperialismo y el feudalismo, y no contra el capitalismo. Nuestra revolución mantendrá este carácter por un tiempo bastante largo.

Las fuerzas propulsoras de la revolución siguen siendo, en lo fundamental, los obreros, los campesinos y la pequeña burguesía urbana, y ahora podría agregárseles la burguesía nacional”.


Mao y Zhang Guotao en Yan´an









MAO Y ZHANG GUOTAO EN YAN´AN








GUOTAO Y MAO SE CONOCIERON EN SHANGAI CUANDO SE FUNDÓ EL PARTIDO COMUNISTA Y FUERON RIVALES EN LA FASE FINAL DE LA LARGA MARCHA. GUOTAO QUE DIRIGIERA EL CUARTO EJÉRCITO ROJO ACABÓ ABANDONANDO EL PARTIDO Y EN 1949, ANTE LA INMINENTE VICTORIA DE LOS COMUNISTAS EN LA GUERRA CIVIL, HUYÓ DEL PAÍS Y MURIÓ EN CANADÁ.


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