Presentación
Uno de los grandes asuntos de la historia de la música es el de la definición de su objeto y sus sujetos. Para el romanticismo decimonónico el objeto de la música era la vida de los músicos -con un énfasis especial en el compositor-. De tal modo, sujeto y objeto aparecían en cierto modo unificados en construcciones biográficas: el autor era la obra.
La musicología histórica y el formalismo estructuralista del siglo XX, en cambio, pusieron el acento en las obras en sí mismas, escindidas de su proceso creativo y de su recepción. De tal suerte que una historia de la música no era otra cosa que una historia de las obras, entendidas como cerradas, autónomas e independientes. A partir del análisis de los rasgos en común entre obras de períodos determinados, surgió, también, una historia del estilo musical, centrada en la evolución del lenguaje musical propiamente dicho. En estos casos, definir el sujeto de la música parecía irrelevante frente a su objeto, una supuesta música en sí.
A su vez, la sociología de la música y la etnomusicología remarcan especialmente el contexto de gestación de las producciones musicales, subrayando más la función social del hecho musical puntual que sus características estéticas intrínsecas. Según su orientación, hallamos entre éstas concepciones los análisis de la música en tanto emergente superestructural condicionado, o las así llamadas narratividades musicales. Con el correr de los años, la escición se acentuó, surgiendo así historias de la música centradas en el público, historias de la música a partir de la historia del género, de las clases sociales, el grupo etáreo, etc.
En esta multiplicidad de abordajes subyace una problemática común: la aparente incompatibilidad entre un análisis histórico - social de la música y el análisis centrado en el hecho estético, en la inmanencia de las propias creaciones musicales.
Sin pretensiones de resolución a estas cuestiones, los textos que aquí se presentan parten de dos premisas: en primer lugar, que la música del siglo XX presenta un grado inédito de cambio e innovación con respecto a épocas precedentes. En segundo término, la música del siglo XX se nos presenta como un conglomerado vasto, heterogéneo y multidimensional. En tal sentido, y ante la imposibilidad de un abordaje lineal, en cada caso pondremos la lupa allí donde creemos se hallan las innovaciones: en determinados casos será en el propio lenguaje musical; en otros, la forma en que la música es recepcionada, y así sucesivamente.
No es nuestra intención explicar la evolución del arte musical a partir de determinadas estructuras socioeconómicas, ni encontrar en la música reflejos espejados de tal o cual situación histórica. Más bien pretendemos contribuir a que los docentes y estudiantes establezcan sus propios nexos y relaciones entre el corpus principal de estas Carpetas Docentes de Historia y la visión de la música que aquí proponemos. En tal sentido, alentamos fuertemente al trabajo interdisciplinario entre los docentes de ambas áreas.
