Cromatismos

Por cromatismo entendemos a los sonidos que no pertenecen a ninguna de las tres funciones pilares de una tonalidad en curso. Los cromatismos pueden ser ornamentales, a modo de elaboración de una línea melódica, o armónicos. En este último caso implican el establecimiento de sonoridades que pueden alejar al devenir de la composición de su tónica, o punto de reposo principal, poniéndola en cuestión como sonido al que todos los demás tienden. Como puede deducirse, por funciones pilares se entiende a aquellas que contienen los sonidos básicos para que una tonalidad se constituya: los sonidos que componen la tónica, la dominante y la subdominante. Así, en do mayor, la tónica contiene a los sonidos: do-mi-sol; la subdominante: fa-la-do; la dominante: sol-si-re.

Notemos, entonces, que estas tres funciones abarcan al total de sonidos de la tonalidad, do-re-mi-fa-sol-la-si. Si en ese contexto introducimos, por ejemplo, un do#, habremos introducido un cromatismo; este, según cómo se emplee, puede ser puramente ornamental, o bien alejarnos de la tónica principal hacia otra (en el caso de utilizar un do# nos estaríamos dirigiendo hacia re).