FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN UNLP

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Las películas del Plan Marshall

I. La Guerra Fría


Después  de la derrota de los nazis, Washington se embarcó en la reconstrucción de Europa y se afanó en convencer a los europeos sobre los beneficios que recibirían si lo aceptaban como el país líder. Para esto no sólo enviaron dinero, también produjeron numerosas películas.
Según las declaraciones de Rainer Rother, director del Museo del Cine y la Televisión de Berlín, a la prensa de Buenos Aires en junio de 2007: “En 1950, se informó al Parlamento de los Estados Unidos que, en Europa, los informes televisivos semanales sobre el Plan Marshall contaban con cerca de treinta millones de espectadores y los films documentales con diez millones. Esto indica que las películas en favor del Plan Marshall llegaban al público en forma masiva. El éxito de la propaganda a través del cine, sin embargo, dependía, sobre todo, del progreso real en las diversas sociedades. El mensaje de que las sociedades europeas podían alcanzar el mismo grado de bienestar y libertad que la norteamericana era cada vez más creíble. El cambio en la recepción se desprende de los propios films: en una primera etapa, muestran, a menudo, a ciudadanos escépticos, que se van convenciendo en la medida en que la mejoría se vuelve evidente. Después, la figura del escéptico se fue haciendo poco usual, porque el éxito hablaba por sí mismo”.


 CARTEL PROPOGANDA DEL PLAN MARSHALL CARTEL PROPOGANDA DEL PLAN MARSHALL

SEA CUAL SEA EL CLIMA, DEBEMOS MOVERNOS JUNTOS.


“–¿Estas películas estuvieron prohibidas en Estados Unidos?
–En los Estados Unidos hay una norma con respecto a las películas que sirven para hacer propaganda en el exterior: no pueden mostrarse en el país. Todas las películas de la Information Agency son buenas para el exterior pero no son buenas para el interior de EE UU. Pero hubo un gran caso excepcional: una película realizada sobre el asesinato de Kennedy que se mostró en el exterior y por decisión del Congreso de los Estados Unidos se mostró también dentro de ese país. A raíz de este ejemplo, Albert Helmsing pidió autorización en el Senado de Estados Unidos para que liberaran a las películas sobre el Plan Marshall de esa prohibición y lo logró gracias al senador John Kerry, que fue candidato a presidente por los demócratas. (…)
– ¿Había también una necesidad de consolidar la hegemonía de Estados Unidos después de la Segunda Guerra Mundial?
–Por supuesto que sí. Estados Unidos seguramente tenía la necesidad de presentarse como fuerza hegemónica pero era también muy importante evitar una crisis económica que era la que después de la Primera Guerra Mundial había llevado a la Segunda. Entonces, después de la Segunda Guerra Mundial, se quería evitar precisamente eso: que hubiera una catástrofe económica. (…)
– ¿Cómo funcionó el mecanismo de propaganda del Plan Marshall y qué papel jugaron estas películas?
–Hay dos fases. La primera es hasta el comienzo de la guerra de Corea. Y la segunda fase se inicia con el comienzo de la guerra. En la primera fase era ganar la simpatía por ciertos temas. Primero, por el tema de la europeización de Europa, ya que Estados Unidos había encontrado una Europa atrasada. Y, en ese sentido, había que aumentar la producción. El tercer factor era la enorme necesidad de presentar una Europa coherente. Con el comienzo de la guerra de Corea, la propaganda se hizo mucho más explícita en el sentido militar. Ya no se llamó Agencia de Cooperación Europea sino que pasó a llamarse Agencia de Seguridad Neutral. El tema de la fuerza militar era muy importante y ahí la propaganda se hizo mucho más explícita.
– ¿Y a qué se debió ese cambio?
–En primer lugar, por el miedo al poder militar del Bloque Soviético. Por el otro (y esto se dio después) la disposición de Europa a rearmarse de manera conjunta tuvo un pico enorme después de la guerra de Corea. Es decir que a esa necesidad de la Europa unida, se le sumaba la necesidad de una Europa rearmada. (…)
–Algunos films tienen un marcado tono didáctico. ¿La idea era “educar” a la población sobre algo que, en principio, no se llegaba a ver masivamente en todo su alcance?
–Absolutamente, querían “educar”. Eran propaganda. No hay que olvidar esto. Y eran intencionalmente didácticos. Ahora, querían convencer de una manera mucho menos rimbombante de lo que eran las propagandas del nazismo, por ejemplo. Y para hacerlo, no tomaban un destino colectivo sino que siempre eran pequeñas historias personales paradigmáticas.
–Precisamente a través de casos puntuales la mayoría de los films hablan de “las bondades del plan que ayudó a reconstruir una Europa devastada”. ¿Hasta qué punto usted coincide?
–Seguramente que habría otras maneras de que Europa se recuperara porque en la historia siempre pasa que hay muchas posibilidades. Pero hay un elemento por el cual de no haber existido esto el Plan Marshall hubiera fracasado: las economías nacionales europeas son las que posibilitaron el crecimiento de nuevo y no el Plan Marshall. El plan surtió efecto porque había economías nacionales que se pudieron reestructurar muy rápidamente. Otra cosa importante es que esa recuperación tan rápida hubiera sido muy difícil si hubieran quedado con las barreras anteriores, si no se hubiesen abierto las aduanas, los mercados. (…)”
La Nacion, 17 de junio de 2007 y reportaje por Oscar Ranzani para P/12 el 21 junio 2007.

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