FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN UNLP

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La destitución de Ben Bella

V. El tercer mundo

Entrevista realizada por Silvia Cattori en Ginebra el 16 de abril de 2006 para la Red Voltaire.

AHMED BEN BELLA (1916-2012)

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http://www.silviacattori.net/article3085.html

SE INICIÓ EN LA POLÍTICA EN 1945, CUANDO FUE DESIGNADO ALCALDE DE SU LOCALIDAD NATAL. CUATRO AÑOS MÁS TARDE CONCENTRARÍA SUS ESFUERZOS EN LA LUCHA ANTICOLONIALISTA CONTRA FRANCIA Y PARTICIPÓ EN LA FUNDACIÓN DEL FRENTE DE LIBERACIÓN NACIONAL QUE EN 1962 LOGRÓ LA RETIRADA DE FRANCIA. DESPUÉS DE LA FIRMA DE LOS ACUERDOS DE EVIAN, SE CONVIERTE EN EL PRIMER PRESIDENTE ELECTO DE LA ARGELIA INDEPENDIENTE. COMO JEFE DE GOBIERNO IMPLEMENTÓ IMPORTANTES PROGRAMAS DE REFORMA AGRARIA, CONSIGUIÓ LA ENTRADA DE ARGELIA EN NACIONES UNIDAS Y FUE UNO DE LOS PRINCIPALES PROMOTORES DEL MOVIMIENTO DE LOS NO ALINEADOS.

“Silvia Cattori: ¿Reside usted en Suiza cuando no está de viaje?

No, vivo en Argelia pero vengo a menudo a Suiza. Viví diez años aquí, luego de mis problemas con el poder de los militares argelinos. En Argelia me persiguen los periodistas. Así que cuando necesito un poco de descanso y de distancia en cuanto a lo que allá sucede, vengo aquí donde sigo teniendo un pequeño apartamento. ¡Tengo 90 años!

S.C.- ¡Parece un muchacho! ¿Sabe usted, señor Ben Bella, que ha dejado una imagen muy bella en el corazón de la gente de todo el mundo?

(Se ríe) Tuve una vida un poco especial. Participé en la liberación de mi país. Estuve entre los organizadores de la lucha de liberación allí. También participé de forma activa en todas las luchas de liberación.

S.C.- Usted es de origen árabe marroquí. ¿Qué vínculo mantiene con sus raíces rurales?

Sí, soy argelino de origen marroquí debido a mis padres. Pero mi vida es Argelia. Allí nací. Soy hijo de campesinos pobres que vinieron a vivir a Argelia siendo muy jóvenes. No fue hasta hace poco que conocí el lugar donde nacieron, en los alrededores de la ciudad de Marrakech.

S.C.- Mientras venía a verlo, me daba la impresión de venir a un encuentro con los pueblos y las causas por los cuales ha luchado usted a lo largo de su vida. Es muy emocionante conversar aquí de su lucha por un mundo más humano, más justo. ¿No encarna usted todo eso?

Sí, mi vida es una vida de lucha. Puedo decir que esa lucha no ha cesado ni un momento, una lucha que emprendí a los 16 años. Ahora tengo 90 y mi motivación no ha cambiado. Me anima el mismo fervor.

S.C.- En 1962, usted llega a las más altas responsabilidades de la Argelia independiente. Se abre todo tipo de esperanzas. Desde la Argelia colonizada hasta su liberación, desde la arena política internacional hasta la lucha altermundista, usted ha pagado caro el precio de su negativa a someterse.

Sí, pagué muy caro mi lucha por la justicia y la libertad de los pueblos. Pero hice lo que sentí que era mi deber, mi obligación. Así que no me resultó difícil escoger. Cuando me impliqué en la lucha por mi país, era muy joven. Mis horizontes se abrieron. Enseguida me di cuenta de que los problemas iban más allá de Argelia, que muchos pueblos eran víctimas de la colonización, que tres cuartas partes de los países del planeta estaban colonizados de una u otra manera. Para los franceses, Argelia era entonces un departamento de ultramar. Era Francia del otro lado del Mediterráneo. La colonización francesa en Argelia duró mucho: 132 años. Participé en aquella lucha en Argelia. Enseguida, después de la independencia, me uní a todos aquellos que, a través del mundo, luchaban también por liberar sus países. Vino entonces aquella fase de la lucha de liberación nacional en la que participé de manera total. En Túnez, en Marruecos, en Vietnam, Argelia se había convertido un poco en la madre de las luchas de liberación. Ayudarlos era para nosotros una tarea sagrada. Cuando alguien venía a pedirnos ayuda, era sagrado. Ni siquiera lo pensábamos. Los ayudábamos, aún cuando nosotros mismos teníamos pocos medios. Les ofrecíamos armas, un poco de dinero y, de ser posible, hombres.

S.C.- En 1965, no son los franceses quienes lo encarcelan a usted sino sus compañeros de armas. ¿Qué siente usted hoy hacia aquellos que le cerraron de pronto el camino?

No siento desprecio. No siento odio. Pienso que participaron en algo que no fue muy limpio y que fue muy perjudicial, no sólo para el pueblo argelino sino también para los demás pueblos que contaban con nuestro apoyo en aquel entonces. Mi lucha por mejorar las condiciones de vida de los argelinos, inmersos entonces en una gran miseria, y mi lucha por ayudar los otros pueblos aún colonizados a recobrar su libertad molestaba mucho a ciertos poderes. Desde su punto vista, yo iba demasiado lejos. Tenía que desaparecer. Lo que quiere decir que si el ejército argelino no me hubiese derrocado, otros lo habrían hecho. Yo tenía que desaparecer porque molestaba demasiado. Le proporcionaba abrigo a prácticamente todos los movimientos de liberación, incluyendo los que venían de América Latina.

S.C.- ¿Ya estaba en contacto con Fidel Castro?

Sí. El Che había venido a Argel a entregarme el mensaje de Fidel Castro, con quien ya me había reunido dos veces. Nos pedía apoyo para las luchas que se desarrollaban en Sudamérica, ya que Cuba no podía hacerlo debido al control de Estados Unidos, que ocupaba la base de Guantánamo. Así que nada podía salir de Cuba, ni una caja de fósforos, sin que lo supiera Estados Unidos. No vacilé un segundo. Fue desde Argelia, y con la participación del Che, que se quedó seis meses en nuestro país, que se creó el Estado Mayor del ejército de liberación de Sudamérica. Hoy puedo decirlo: todos los combatientes que participaban en la lucha de liberación en Sudamérica estuvieron en Argelia. De allí partieron todos los que luchaban. Los entrenamos, nos las arreglamos para hacerles llegar las armas, creamos redes.

AHMED BEN BELLA RECIBE A ERNESTO CHE GUEVARA EN 1963.

http://www.marcha.org.ar/1/index.php/elmundo/111-medio-oriente/934-un-simbolo-de-la-lucha-anticolonial

S.C.- ¿En qué año vino el Che Guevara a Argelia?

El Che vino en 1963, poco después de mi llegada al poder. Con mi gobierno nos comprometimos a aportar nuestra ayuda a las luchas de liberación nacional. En aquel momento, numerosos países estaban colonizados aún o salían apenas de la colonización. Prácticamente África entera estaba en esa situación. Nosotros la ayudamos. Mandela y Amílcar Cabral también estuvieron en Argelia. Yo los entrené. Después se fueron a llevar la lucha de liberación a sus países. En el caso de otros movimientos, que no estaban inmersos en la lucha armada o que necesitaban solamente apoyo político, como en Malí, los ayudábamos en otros aspectos.

S.C.- ¿Quién lo apartó a usted del poder en 1965? ¿El ejército argelino o fuerzas exteriores?

Estoy seguro que hubo, indirectamente, una intervención de potencias extranjeras. Hemos visto en otras partes los mismos mecanismos. Dondequiera que triunfaron las luchas de liberación nacional se produjeron, luego de la constitución del poder, golpes de Estado militares que derrocaron a sus dirigentes. Ha ocurrido muchas veces. En dos años hubo 22 golpes de Estado militares, principalmente en África y en el Tercer Mundo. El golpe de Estado de Argel, en 1965, fue el que abrió la vía. Argelia no fue, por tanto, más que el principio de algo que estaba en ciernes. Por eso yo digo que el sistema capitalista mundial fue el que finalmente reaccionó en contra nuestra.

S.C.- ¿Usted es marxista?

No soy marxista pero me sitúo resueltamente a la izquierda. Soy árabe musulmán, de orientación muy de izquierda en mi acción y mis convicciones. Por eso, aunque no comparta la doctrina marxista, estuve siempre del lado de todos los movimientos de izquierda del mundo y de los países socialistas que, como Cuba, China y la URSS, emprendieron la lucha anticolonialista y antiimperialista. Con ellos fue que constituimos un frente de liberación y aportamos nuestro apoyo logístico a los ejércitos populares para ayudar a sus países a salir del colonialismo e instaurar un régimen interior nacional. Era la fase de liquidación del colonialismo. El colonialismo es una idea nacida en Occidente que llevó a los países occidentales -como Francia, Italia, Bélgica, Gran Bretaña- a ocupar países fuera del continente europeo. Un colonialismo en su forma primitiva, o sea mediante la instalación en los países ocupados de poderes extranjeros represivos con un ejército, servicios, policías. Esa fase se caracterizó por ocupaciones coloniales crueles que duraron hasta 300 años en Indonesia.”

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