FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN UNLP

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Usted está aquí: Inicio Carpeta 2 Literatura La literatura durante la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto LA POSIBILIDAD DE LA POESIA

LA POSIBILIDAD DE LA POESIA



Después de la guerra, y a medida que se fue conociendo el programa de exterminio sistemático del nazismo, ello se vivió como un quiebre central en la cultura occidental. Fue un escándalo cultural y se consideró por entonces un punto de no retorno para la civilización el que un pueblo desarrollado como el alemán fuera capaz de generar los campos de exterminio. Hay quienes vieron en ello el máximo desarrollo de la cultura instrumental, el libre accionar de la razón técnica, más allá de cualquier sostén de orden moral. Hoy, dos textos son los más conocidos y se usan de manera recurrente para tratar la política de exterminio de los nazis. Uno es El diario de Ana Frank, la adolescente judía de Amsterdam que murió en 1945 en Auschwitz. El otro, ¿Esto es un hombre? del italiano Primo Levi. En él, el autor relata con mucho detalle su experiencia en el campo y busca reflexionar para intentar comprender lo incomprensible, lo que ocurrió allí. En ambos casos los textos presuponen la experiencia humana más íntima del horror, con la diferencia de que Levi sobrevivió y contó con las herramientas conceptuales y emocionales para abrir un debate que aún no está cerrado ni mucho menos.

En el ámbito específicamente literario, la reflexión se centró sobre la posibilidad de escribir literatura, no como relato de lo sucedido, sino a partir lo ocurrido. Es el problema de la representación del horror. Es famosa la sentencia del filósofo alemán Theodor Adorno, exiliado él también del nazismo, de “después de Auschwitz escribir poesía es un acto de barbarie”. Adorno partía de su concepción de la Ilustración formulada junto a Max Horkhaimer en Dialéctica de la ilustración, de 1947, según la cual la barbarie y la ilustración son dos fases o caras de un mismo proceso de dominación de la naturaleza y del hombre por parte del hombre, que encontraba en el nazismo un punto culminante. El poeta Paul Celan es autor de uno de los poemas más importantes sobre el exterminio, que prácticamente responde a la observación de Adorno, a quien intentó conocer, aunque el encuentro se frustró. Su poema Fuga de la muerte es uno de los más conmovedores sobre el tema del exterminio y los campos de concentración. El poema está organizado con una cadencia rítmica casi musical, de canción. En esta estructura repetitiva, con estribillos casi festivos que se repiten varias veces, Celan introduce dos figuras paradójicas y potentísimas que dan cuenta del horror nazi: la leche negra de la muerte cotidiana y las fosas aéreas como destino final de los cuerpos que se desvanecen.

FUGA DE LA MUERTE

NEGRA leche del alba la bebemos de tarde

la bebemos a mediodía de mañana la bebemos de noche

bebemos y bebemos

cavamos una fosa en los aires no se yace allí estrecho

Vive un hombre en la casa que juega con las serpientes que escribe

que escribe al oscurecer a Alemania tu pelo de oro Margarete

lo escribe y sale de la casa y brillan las estrellas silba a sus mastines

silba a sus judíos hace cavar una fosa en la tierra

nos ordena tocad a danzar

Negra leche del alba te bebemos de noche

te bebemos de mañana a mediodía te bebemos de tarde

bebemos y bebemos

Vive un hombre en la casa que juega con las serpientes que escribe

que escribe al oscurecer a Alemania tu pelo de oro Margarete

Tu pelo de ceniza Sulamit cavamos una fosa en los aires no se yace allí estrecho

Grita hincad los unos más hondo en la tierra los otros cantad y tocad

agarra el hierro del cinto lo blande son sus ojos azules

hincad los unos más hondo las palas los otros seguid tocando a danzar

Negra leche del alba te bebemos de noche

te bebemos a mediodía de mañana te bebemos de tarde

bebemos y bebemos

vive un hombre en la casa tu pelo de oro Margarete

tu pelo de ceniza Sulamit juega con las serpientes

Grita que suene más dulce la muerte la muerte es un Maestro Alemán

grita más oscuro el tañido de los violines así subiréis como humo en el aire

así tendréis una fosa en las nubes no se yace allí estrecho

Negra leche del alba te bebemos de noche

te bebemos al mediodía la muerte es un Maestro Alemán

te bebemos de tarde y mañana bebemos y bebemos

la muerte es un Maestro Alemán su ojo es azul

él te alcanza con bala de plomo su blanco eres tú

vive un hombre en la casa tu pelo de oro Margarete

azuza sus mastines a nosotros nos regala una fosa en el aire

juega con las serpientes y sueña la muerte es un Maestro Alemán

tu pelo de oro Margarete

tu pelo de ceniza Sulamit

Traducción: José Luis Reina Palazón

Celan nació como Paul Antschel en 1920 en Czernowitz, capital de la región de Bucovina, que para esas fechas pertenecía a Rumania y hoy forma parte de Ucrania. Como en muchas otras regiones de Europa Central, era una ciudad políglota: una mitad de la población era judía, de lengua alemana, en tanto el resto eran rumanos y ucranianos, que eran los grupos más numerosos, pero también había polacos, alemanes y húngaros. Celan hablaba alemán en su casa y en la calle, rumano en la escuela y también hebreo, por su cultura judía. Durante la guerra, Celan debió vivir en el gueto en que el ejército alemán –junto con sus aliados rumanos– convirtió al antiguo barrio judío de Czernowitz. En 1942 sus padres fueron capturados y llevados al campo de Mijailkova, donde murieron, el padre de tifus; la madre, ejecutada. Él ingresó voluntariamente en un campo de trabajo del ejército rumano, donde consideró que era más seguro. En 1944 se permitió a los judíos volver a Czernowitz, poco antes de que las tropas soviéticas ingresaran en la ciudad. En esa época, Celan escribió Fuga de la muerte, tal vez su poema más famoso, que se refiere directamente a la masacre judía. Celan lo excluyó de su primer libro, La arena de las urnas, que apareció en Viena, donde pasó una temporada antes de radicarse en París, en 1948. Allí, Celan ingresó en Escuela Normal Superior, donde dio clases de alemán durante años. Finalmente, se suicidó lanzándose al Sena desde el puente Mirabeau, el 20 de abril de 1970.

 

celan





PAUL CELAN (1920-1970) CON SU ESPOSA, GISèLE CELAN-LESTRANGE





Celan escribió siempre en alemán, la lengua de su infancia. Esta elección no deja de ser problemática, en tanto es la lengua del pueblo que intentó eliminar a los suyos, la lengua del enemigo. Jaques Derrida señala a propósito de Celan, a quien conoció en París a fines de la década del 60, y sobre su opción por el alemán, el “monolingüismo” de Celan, en El monolingüismo del otro (1997): “…Celan, ese poeta-traductor que, pese a escribir en la lengua del otro y del Holocausto, e inscribir a Babel en el cuerpo mismo de cada poema, sin embargo reivindicó expresamente, firmó y selló el monolingüismo poético de su obra”. El monolingüsmo, para Derrida, encierra una doble condición paradójica: todo hablante es hablante de una lengua, su única lengua, pero a la vez esa lengua no le pertenece, porque no es algo propio. Justamente la lengua es lo común, lo que es de todos. Celan eligió permanecer en el alemán cuando podría haber adoptado el rumano de su país natal, el francés o el inglés, que dominaba, o incluso el ruso. En cambio, prefirió escribir en alemán, hacer una elección política y escribir su poesía dentro de la lengua del enemigo.


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