FACULTAD DE HUMANIDADES Y CIENCIAS DE LA EDUCACIÓN UNLP

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Usted está aquí: Inicio Carpeta 2 Literatura La literatura durante la Segunda Guerra Mundial y el Holocausto DE UN CASTILLO A OTRO

DE UN CASTILLO A OTRO

“[…]

¡Ninguna ilusión!... preocupaciones personales... me dirás... ¡de todos modos!, ¡de todos modos! que sea Gertrut o Brottin, u otro, nadie me adelantará ni una perra chica por una historia estilo Normance ¡te lo aseguro!... el lector quiere divertirse, ¡eso es todo!... ¡París jamás fue bombardeado!... ¡eso para empezar!... ¡ninguna placa conmemorativa!... ¡prueba de ello!... ¡soy el único en recordar, dos, tres familias sepultadas! ¡Normance, en cuanto a libro, fue un negocio ruinoso!... ¡por esto!... ¡por lo otro!... ¡y, además, saboteado, y cómo!... ¡por Achille, su banda, sus críticos, sus rencorosos lacayos, rabiosos periodistas!... ¡las gentes esperaban de mí una provocación, que siguiera comiendo judíos, que fuera de cabeza a la trena! ¡y rendir cuentas!... ¡a eso se llama “bienhechores”!... ¡los que te dicen “ánimo, pequeño”! ¡una de esas condenas! ¡te has lucido! ¡veinte años!... ¡”de por vida”!... ¡qué equivocación! ¡desacierto! ¡coladura! ¡yo que, por el contrario, espero firmemente que los enchironen a todos...! ¡flirteadores rufianes de cadalsos, penales y reclusiones! ¡que abran de nuevo para ellos la hermosa Guyana! ¡rearmen la Isla del Diablo!... mas, a cada uno algo en la lengua... pequeños epiteliomas... ¡de toda clase! entre carótides y faringe.

¡En fin!... pero mientras tanto, Brottin me advierte: ¡cero!... “Cada vez te vendes menos... ¿tu Normance? ¡una catástrofe!... ¡nada susceptible de llevarte de nuevo a la cárcel!... ¡ni pornógrafo! ¡ni fascista! ¡desgraciado de ti!... los críticos, sin embargo, ¡con los colmillos fuera! ¡dispuestos! ¡venenos! ¡todo!... ¡se la muerden!... ¡les das náuseas!... ¿y su bistec?... ¡insensible!... ¿sus sobres?... ¿sus familias?...”.

“¡No escribas más!...”, me dirás... ¡que te haga caso!... ¡que tienes toda la razón!... ¿pero Lili, los perros, los gatos, los pájaros y las campanillas de las nieves?... ¡con el invierno que hemos tenido!... ¿tienes, tal vez, una solución?...

Te lo aseguro: ¡al límite de lo mezquino!... escatimando en todo... en lucha contra los elementos, las cosas, viento, corrientes de aire, humedad, carbón... ¡coliflores, arenques ahumados! ¡la lucha de que ya no existes!... ¡y las zanahorias!... ¡incluso los coscurros de pan!

¿Sobre mi estilo y mis obras de arte?... ¡confabulación, boicot!... seguro ¡te lo digo!... ¡todos los plagiarios a la guillotina! no solo los plagiarios, ¡los “que no han nacido para”! ¡Dios sabe!... nada más que en Achille ¡cantidades! ¡mil! ¡mil!... para mí Dumel, Mauriac, Tartre, ¡la misma cuerda!... ¡la decena del Goncourt, en el otro árbol!... más el Arzobispo de París, ¡me olvidaba! ¡antes de que los chinos se piquen!... ¡nada de historias!... ¡que les den su cabeza en la Porte Brancion!

A propósito del gas y de chuflas, ¡mañana el recibo!... debo dos “lecturas”... también debo al recaudador de contribuciones... al carbonero... ¿me repito?... ¡carajo!... ¡en mi caso, en mi pellejo, tus gritos se oirían hasta Enghien!... ¡se verían forzados a cogerte, bromurarte, capitonarte! nosotros dos, Lili y yo, hace quince años que corremos... ¡la jauría en los talones!... ¡quince años es un contrato!... ¡la muy feroz teutonería, a lo más, duró tres años!... ¡date cuenta!

Veo que te aburro... ¡a otra cosa! ¡otra cosa!... ¿los burgueses a la guillotina?... ¡burgueses de todos los partidos!... ¡absolutamente total de acuerdo! ¡burgués es bribón cien por ciento! veo uno muy particularmente, el Tartre ¡crema de cloaca! el modo como me ha difamado, removido cielo y tierra para que me descuartizaran, le doy derecho a cinco... ¡seis neos entre esófago y páncreas!... ¡prioridad!

Tartre me ha robado y difamado a base de bien... ¡que sí!... ¡pero no más que los parientes!... ¡y no es tan divertido como mi tía!... ¡ni de lejos!... ¡el shock, el síncope de mi tía al volver a verme!... ¡que no había muerto!... ¡que no me habían ejecutado!... “¿Tú? ¿tú?”... dudaba... “¿tú aquí?”...

Se había servido, ¡tú dirás!... había apañado tres pares de cortinas, seis sillas, y todas las cazuelas esmaltadas... no que tuviera necesidad de nada... ¡puñeta!... tenía todo en doble... en triple... pero ya que todos se servían, que yo era su sobrino ¿por qué no iba a servirse ella? ¿quedarse sin nada?... ¡cuando se saqueaba mi casa! ¡por desconocidos!... ¿y ella, mi tía?... ¿nada? para empezar nunca regresaría... debía reventar en la cárcel... ¿ahorcado?... ¿empalado? ¡bien entendido, me heredaba!... ¡natural!... ¡Tartre también me ha heredado! ¡y cantidad de otros!... “¡Buenos días, tía!”... salta de la cama y en camisa, para verme... ¡yo! “Ha asesinado a su madre, ¡deténganlo! ¡deténganlo!...”. Todo lo que encuentra ¡el grito del corazón! ¡tal emoción que salió corriendo, gritando, denunciándome! “¡Señor Comisario! ¡socorro! ¡socorro! ¡deténganle! ha asesinado a su madre ¡Señor Comisario!”... así todo el Faubourg Saint-Jacques, luego los muelles... “¡socorro!... ¡socorro!...” ¡los bofias la atraparon en la corrida, la llevaron a la Comisaría!... ¡otra oficina!... ¡la soltaron!... ¡la volvieron a pescar! “¡Es él! ¡es él!...” volvió a repetir... ¡en plena noche, Quai des Orfèvres!... ex profeso... ¡para que el Jefe Superior tomara cartas en el asunto!... ¡me enchironarán de nuevo!... ¡que nunca le reclame una silla!... ¡la tía!... son así los parientes, los amigos... son una horda, tú, un ¡fuera-de-la-ley!... cuando mi tía hubo aullado a lo largo de las Halles, durante el resto de la noche, que yo era el asesino de mi madre, cabalgando de un puesto a otro, cayó desmayada... entonces la cogieron, la amarraron... ¡de todos modos en el dispensario!... siguió aullando que yo era esto... ¡lo otro! cualquier cosa...

Desde el momento que te lo han birlado todo... muebles, manuscritos, objetos, cortinas, ¡puedes esperarlo todo!... y más de los parientes, de los amigos... ¡los más infames bienhechores!... ¡más dañinos que el patíbulo!... la pasión con que te persiguen... ¡animal acosado! mi par de cortinas, mis cuatro sillas... ¡mi tía perdida la chaveta!... Tartre: ¡ruin!... ¡todos epilépticos en cuanto les miro!... te digo: ¡la tiita nada necesitaba! ¡tampoco Tartre!... ¡forrados! ¡forrados!... ¡todo por partida doble! ¡triple!... ¡en la ciudad!... ¡en el campo!... neveras, coches, lacayos... ¡el cuerno había sonado para mí, tomaban parte en la cacería!... ¡eso es todo! ¿sorprendido de qué?...

¡Que no te pierda entre fruslerías!... estaba en lo de Gertrut Morny... ¡el vivo interés que me mostraba!... ¡Tartufo!... que plantara a Achille, conjurado saboteador por debajo de todo, ¡por las Éditions Bérengéres!... ¡que me estaba perdiendo en Achille!... que era un placer para él, Loukoum y la tribu, reducirme a la nada... ¡en lo más profundo de su cueva!... ¡yo y mis originales!...

¿Y él, ese Gertrut?... te he descrito su físico... no de vieja sillera como Achille, ¡no! él, más bien, una pinta de mosquetero, barbita de mosquetero... además del gran monóculo azul celeste... naturalmente, me engatusaba, ¡prometía la Luna!... ¡unas tiradas! ¡unos éxitos de Público! ¡nada tenía que perder! ¡difícil encontrar más buitre que Brottin!... hacía 80 años y pico que los autores se rebelaban, intentaban forzar el candado, nunca había aflojado ¡ni un céntimo!... ¡la lucha por los adelantos!... ¡un Hércules resistiendo, Achille! pero con un pequeño truco, podías quizá remediarlo... verle sacar diez billetes... veinte billetes... ¡a la ofensiva! “Adiós, Achille! harto de verte...” Te corre detrás... ¡con su mejor sonrisa!... ¡y uno de esos odios!... ¡mierda! ¡tanto mejor!...

Supongo que te he dicho lo bastante sobre cuánto desconfiaba de Gertrut... pero resultaba sabroso y no te aburrías ni un minuto, si le lanzabas sobre Achille... ¡anécdotas de treinta, cuarenta años!... ¡ignominias de ese ente!... ¡prueba de lo que podía esperar de él! ¡las trampas que hacía!... ¡en todo!... en las cartas, en las carreras de caballos, en Enghien, en la Bolsa... ¡no lo podía evitar!... hacía morir de hambre a sus autores, empleados, sirvientes, se las arreglaba para hacer ver que prestaba un dinero... ¡que nunca veían!... ¡tejemanejes de letras y contratos!... les hacía firmar y salía del paso... ¡aun debían estarle agradecidos!... ¿cuántos se suicidaron, encontraron en la represa de Suresnes?... ¡entre ellos, incluso, gigantes de la pluma! ¡y señoritas renombradas, que hoy tendrían 130 años!

¡Basta de parloteos!... ¡he aquí el que viene por la lectura del contador de agua!... ¡el kilo de tallarines y los arenques piojosos!... he de ocuparme de ellos... Gertrut, con o sin rencor, tenía las “ausencias”, esos “no me molestes” de los ricos... no se daba cuenta de los tallarines... los dos tenían la misma alma, la misma zorrería... el alma exasperada, tú allí, tan estúpido... ¡hablándoles [V1] de tallarines!... ¡atreverte!... ¡a ellos!... los ricos no pueden ser más que “deportivos”... deportivos en Bolsa, o en las carreras de caballos... deportivos para hacer subir sus “Suez”... deportivos para sacudirse las actrices y hacerlas montar por sus jockeys... deportivos para pasarse las luces rojas... ¡deportivos, aun reblandecidos y babosos, para ir de fiesta en fiesta!... ¡y mariconcetes! ¡en ese momento, Gertrut, Brottin, trataban de kidnaparse los autores!... pero de un deporte del que bien se guardaban... ¡horror!... ¡como de cagarse en la cama!... era el de probar ellos mismos la artimaña... ¡chulos, pero no locos! ¿los autores mueren en el tajo? ¿y pues? ¡los asnos también!... ¿qué podría hacer de una página, dime? ¿Achille?... ¿qué deporte?... ¿qué deshonestidad? ¿Gertrut?... ¿fulanas?

Mira, si solamente pudiera contar con la crítica... algunos ecos... incluso injuriosos... naturalmente no en el Zoo de Mauriac ¡urinarios malévolos y confesionales!... o de Trisotin Tartre... ¡todos sanos y salvos después de mear veinte años fuera del tiesto!... ¡no! algunos murmullos me bastarían...

¿Que ahí me las den todas? ¿Ah?... ¡no será dicho!

—¡A nosotros! ¡A nosotros!

¡Advierto!... ¡soy napoleónico en el momento de actuar! ¡advierto! ¡Arlette de un brazo!... ¡Simón, del otro!... y ¡“adelante”!... ¿los Estudios delante de nosotros?... ¡al asalto! ¡ya estamos!... ¡arriba los corazones!...

¡Ay! ¡por desgracia! ¿ese antro?, escombros, desechos, quincalla de, por lo menos, tres... ¡cuatro exposiciones! ¡fúnebre baratillo!... ¿y bajo esas bóvedas? la altura de tres, cuatro Notre-Dame... ¡todo de cartón-piedra, escayola, gigantescos baldaquines! ¡aquí!... ¡es el lugar!... ¡momento solemne!... ¡nuestras voces!... ¡todo a hacer puñetas!... ¡volvemos a empezar!... ¡graban de nuevo! ¡primero Simón!... debo decirlo, estoy emocionado... esas bóvedas, de imitación, resuenan... ¡si no es culpa de ellas, será del altavoz! ¡yo, tan discreto, me escaparía, miedo de mi voz tan horrible!... ¡el efecto!... ¡nunca lo hubiera creído!...

¡No les parece así!... ¡no me marcharé sin cantar! lo quieren, no voy a hacerme rogar... ¡coqueto!... adelante, ¡una!... ¡dos! ¡bóvedas o no bóvedas!... pregunto al barnum que está allí, el que habla un poco de francés... ¿es con el propósito de ponerlas en venta?... ¿canciones, armonías y desafinaciones?... ¿se podría, quizá?... ¿un pequeño disco?...

—¡Oh, no, Maestro! ¡no! ¡dentro de algún tiempo!... ¡mucho tiempo espero!... ¡para nuestra discoteca!... ¡su emisión necrológica!

¡Ya veo para qué vinieron a buscarme!... ¿algún tiempo?... ¿mucho tiempo?... ¡no estoy de acuerdo!... en cuanto a la prosa... los textos... ¿tal vez?... pero en cuanto a las canciones ¡perdón! ¡tal cual y en seguida!... ¡al vuelo un trozo de eternidad!

¡No iba a explicarme allí! […]”

 

Louis Ferdinand Céline, De un castillo a otro, Bruguera, Barcelona, 1981


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