II. La belle époque y el capitalismo global

En este texto se analizan los rasgos básicos del período 1873-1914, la era del imperialismo, desde las dimensiones económica y política y en estrecha conexión con la expansión colonial.  En el plano económico se incluye la caracterización de la crisis de 1873 y el posterior proceso de crecimiento (muy desigual, como ha ocurrido hasta hoy en el capitalismo) en el que se combinan tres factores: en primer lugar, la difusión y profundización de la industrialización, en segundo lugar, la creciente interdependencia entre las distintas regiones del mundo ­las economías nacionales de los países desarrollados entre sí y éstas con las economías dependientes y coloniales­ y por último, el predominio del mercado mundial. El período de expansión capitalista a partir de la década de 1890, en el marco de un liberalismo dominante, pero modificado frente a los desafíos del imperialismo y el avance de la democratización, es revisado hoy por muchos analistas como un antecedente de la globalización en marcha desde los años noventa del siglo XX.

En el terreno social y político nos centraremos en el avance de la democracia, la emergencia de una nueva derecha radical y el afianzamiento del movimiento obrero junto con el debate de ideas asociado a las transformaciones sociales y políticas. Un proceso clave de este período, la expansión imperialista, ha sido tratado en la carpeta anterior. El hilo que articula todas estas cuestiones remite a la reflexión sobre la combinación de tensiones que desembocaron en la Primera Guerra Mundial.

El mundo del último cuarto del siglo XIX estuvo lejos de ser un espacio homogéneo, esto al margen que algunos procesos básicos, por ejemplo, la intensificación del proceso industrial, el desarrollo renovado de las tecnologías y el conocimiento científico occidental, la democracia constitucional como concepciones y prácticas organizadoras de las relaciones entre Estado y sociedad tuvieron repercusiones casi globales. Sin embargo en las distintas partes del mundo asumieron desiguales grados de incidencia y diferentes modos de vincularse con el orden existente. Por ejemplo, como veremos más adelante, aunque en todos los antiguos imperios, Persia, China y el otomano, fue evidente el impacto de Occidente, las trayectorias históricas de cada uno de ellos presentan marcados contrastes. En relación con la existencia de procesos históricos singulares, la exposición sobre las trayectorias políticas se organiza en torno a los siguientes grupos de países:

No debe perderse de vista que las unidades políticas de cada conjunto tuvieron rasgos claves propios y entre unas y otras existieron fuertes contrastes, al mismo tiempo es preciso tener muy en cuenta las conexiones entre los grupos propuestos, esta clasificación tiene el propósito central de organizar en forma sintética la exposición.

LE BAL DU MOULIN DE LA GALETTE

OBRA DEL PINTOR IMPRESIONISTA PIERRE AUGUSTE RENOIR (1841-1919)